domingo, 18 de mayo de 2014

Las Hurdes... (2012)


-PINOFRANQUEADO.- Por segundo año consecutivo elegimos ese pueblo donde pasar unos días de descanso veraniego y como punto de partida para nuestros recorridos por el entorno. Nos alojamos en el mismo hotel. En aquella ocasión, desde la tarde del día 30 de julio hasta la mañana del día 4 de agosto, lo que supuso un total de cinco noches. Las tres últimas jornadas se unieron a nosotros un matrimonio amigo: Joaquín y Charo.


Los desplazamientos por la comarca fueron en parte diferentes a los del año anterior con motivo de conocerla con el mayor detalle posible. Como caso más notable visitamos El Gasco, una alquería de Nuñomoral que conserva el mayor conjunto de casas tradicionales, construidas en mampostería de pizarra, supongo que más como reclamo turístico que como viviendas habituales, pues la mayoría están deshabitadas y las que no, ya modernizadas.


Una mañana nos llegamos hasta las ruinas de la población romana de Cáparra, que atravesaba la antigua calzada llamada Vía de la Plata.

Cuando hace años transitaba con frecuencia por la carretera N-630 al norte de la provincia de Cáceres, siempre me llamaba la atención un arco de piedra que emergía solitario en mitad del campo, aunque su aspecto no daba lugar a dudas de que se trataba de una construcción romana.

Por aquella excursión tuve la oportunidad de desvelar el misterio. Se trata de un imponente arco cuadrifronte, único de esas características erigido en Hispania. Se situaba en el foro, donde confluían las dos arterias urbanas principales. Por las inscripciones latinas en uno de sus pilares, sabemos que lo mandó construir Marcus Fidius Macer a finales del siglo I D.C.

Con la visita que hicimos al centro de interpretación allí situado y el placentero paseo que dimos por la zona excavada, quedamos instruidos de su interesante historia. Llegó a ser municipio en el siglo I, cuando el “Edicto de latinidad de las provincias de Hispania”, decretado por el emperador Vespasiano.

Nos mereció la pena el desplazamiento, completado con el almuerzo en un poblado a orillas del cercano y extenso pantano de Gabriel y Galán.

En realidad, nuestra meta inicial, que no alcanzamos, no era otra que recorrer las solitarias calles de Granadilla, pero no lo aconsejaban las calurosas horas a que llegamos y después no tuvimos la ocasión propicia.

Ese pueblo pintoresco y monumental, cabecera de la comarca, fue expropiado, desalojado y los vecinos realojados en otros próximos a partir de mediados los años sesenta, cuando estaba previsto que quedara cubierto por las aguas del embalse. Resulta que no fue así y tras cambiantes y rocambolescas decisiones administrativas, terminó por ser declarado Conjunto Histórico Artístico en 1980 y comenzar su restauración desde entonces, pero continúa deshabitado de forma regular. Los antiguos vecinos acuden el 15 de agosto para seguir una tradicional celebración religiosa o el día de los difuntos.

Mi cuñado, quien ya conocía esa experiencia, nos aseguraba que se siente una sensación de soledad y misterio pasear por sus despobladas calles. Aunque existe un horario determinado para poder hacerlo.

A quienes interese esta curiosa historia, los remito al enlace anterior.

-SIERRA DE GATA.- Comentaba en el capítulo anterior que, para no extenderme, dejaría para éste el relato sobre esa comarca, lindante con Las Hurdes y también fronteriza con Portugal.

Esa zona también es muy montuosa y arbolada, con bosques de pinos y olivos, pero en ese caso son, además, muy abundante los robles. En algunos pueblos aún conservan dialectos propios y diferentes entre sí. Cada uno tiene su nombre.
Los pueblos para nosotros más representativos, al menos los que más visitamos, fueron los siguientes:


-Acebo.- Típico y nombrado por sus artesanales labores de encajes de bolillos, pero lo que más nos atraía eran sus piscinas naturales, incluso una de ellas con playa de césped, contando además en las cercanías con un amplio chiringuito, bien acondicionado y con variada oferta de comidas, en especial embutidos y carnes a la barbacoa y todo a precios razonables.


-Robledillo de Gata.- Varias fueron las veces que disfrutamos paseando por ese pueblo de bello conjunto arquitectónico, de calles con frecuencia estrechas y tortuosas y muchas de sus casas construidas con mampostería de pizarra y circundado por un arroyo de aguas frías y cristalinas.

En una visita al museo de un molino de aceite que allí existe, unos jóvenes que algo festejaban nos ofrecieron unas latas de cerveza fría. Que amables y que disfrute en aquella calurosa hora en torno al medio día. En general, siempre encontramos personas serviciales y atentas en todos nuestros recorridos.


-San Martín de Trevejo.- Otro bello municipio característico de la zona. Por algunas de sus calles fluye agua por pequeños canales, algo similar a como ocurre en el pueblo salmantino de Candelario, del que ya comenté en una entrada anterior.

También en este caso, gozamos varias veces “pateando” sus calles, pero la última visita coincidió a media tarde con un calor sofocante y nos limitamos a buscar la sombra de los soportales de una plaza y refrescarnos con varios helados.

De todas formas, tanto esa comarca como la lindante de Las Hurdes, debido a su altitud y boscosidad, no son tan extremas con los rigurosos calores veraniegos como el resto de la región. Incluso, por las noches refrescaba y podíamos disfrutar de deliciosas temperaturas.

El 4 de agosto iniciamos el regreso, pero haciendo la refrescante parada para el baño ritual del conductor (mi cuñado Eduardo, como de costumbre) en la piscina de Pedro Chate, en el término de Jaraíz de la Vera. También pausa para el descanso y el almuerzo.


Otras visita de camino fueron el Monasterio de Yuste, aunque esa vez no visitamos su interior. Sí el  cementerio alemán situado en su proximidad.

No hace muchos años, la embajada alemana de acuerdo con las autoridades españolas, decidieron sepultar allí los restos de los soldados alemanes víctimas de las dos guerras mundiales que por alguna causa habían caído en territorio español y estaban desperdigados por diferentes lugares.

Se eligió la cercanía de ese monasterio, por ser donde se retiró, falleció y estuvo enterrado hasta trasladar sus restos al Escorial, el emperador común, Carlos I de España y V de Alemania

Previamente, antes de llegar de anochecida a Sevilla, por la ruta de la Sierra Norte sevillana, hicimos otra parada en mi pueblo, Campillo de Llerena (Badajoz), donde mi cuñado hizo fotos del arroyo y de los Grupos Escolares, que me sirvieron para presentar en este mismo blog, sendas entradas etiquetadas en mi etapa infantil.


-IN MEMORIAN.- Aquel fue el último y menos intenso de los recorridos veraniegos, pues básicamente procurábamos, en lo posible, dar ánimo y facilitar reposo a mi cuñada Gloria quien, desde tiempo atrás, venía luchando valerosamente contra una grave dolencia; cruel enfermedad que le arrebató la vida al verano siguiente.

Parte esencial del Grupo, por su dulzura, su pronta sonrisa, su generosidad, su conformismo, su adaptación a cada situación y siempre con ánimo conciliador ante la más leve controversia, propia de toda convivencia. Además llevaba equitativamente las cuentas comunes, a veces con una nota humorística o anecdótica sobre el establecimiento donde se producían los gastos.

Para entonces yo tenía muy avanzada la escritura de estos relatos y fue tan intenso el sentimiento de tristeza que nos invadió, que surgieron serias dudas de cómo proceder en adelante con los mismos.

Finalmente se decidió publicarlos todos en su RECUERDO Y HOMENAJE pero, como si ella siguiera con nosotros, no publicar la tragedia hasta el final y así no darles un fondo triste, contrario al espíritu de este blog.

Como acostumbro en estos casos, remedando a la antigua Roma, le aplico el epitafio: Que la tierra le sea leve.

P.D.- Como cuando ocurrió el fatal desenlace ya tenía escrito un apéndice, independiente a los viajes del Grupo, pero relacionados con el mismo, he decidido publicarlo en la siguiente entrada, pero después sí considero llegado el momento más conveniente, para dar un brusco cambio temporal y dejar “aparcado” este tema.

Salvo alguna excepción, todas las fotos que ilustran las entradas de estos viajes, fueron tomadas por mi cuñado Eduardo.




sábado, 26 de abril de 2014

Las Hurdes..., 2011


Esa montuosa comarca española enclavada en el noroeste de la provincia de Cáceres, lindante con la provincia de Salamanca y fronteriza con Portugal, aunque sin paso alguno de importancia, dio lugar en un pasado no muy lejano al interés de personas de renombre, como el Dr. Pulido o Miguel de Unamuno, por visitarla y denunciar su atraso y abandono, debido a su aislamiento y falta de recursos económicos. Sus divulgaciones motivaron también el viaje del Dr. Marañón, quién impulsó la visita en comitiva del rey Alfonso XIII en junio de 1922.

Como anécdota, contaré el episodio que se dio en la zona de la acampada de la comitiva real en las proximidades de Nuñomoral, según recoge el folleto de la crónica de aquella expedición real:
-Al tomar el café por la noche, el Ministro de la Gobernación, D. Vicente Piniés dijo preferirlo con unas gotas de leche, de la que no disponían. Pero el camarero salió por los pizarrales regresando con un poco de ella que añadió al café del Ministro. Éste le preguntó cordialmente como la había conseguido mientras saboreaba despacio su taza de café. Respuesta: "Digo señor ministro que lo puede tomar con confianza, que la leche es de mi mujer y por cierto, muy buena." Por lo visto fue jocosa la reacción del rey y demás presentes, pero el señor Piniés estuvo a punto de sufrir un trauma psíquico. Como primera medida de asepsia se afeitó su gran bigote, famoso en aquella época.

Ya en 1932, Luis Buñuel filmó en Las Hurdes el documental Tierra sin Pan, generando una fuerte controversia, por considerar las autoridades del momento que la película exageraba y distorsionaba la realidad.

Con esta breve reseña no pretendo, en absoluto, recrear de nuevo las penurias del pasado, sino, por el contrario, resaltar las positivas condiciones de vida del presente de esa comarca extremeña, al menos según nuestras vivencias veraniegas: ya todos los municipios y alquerías están comunicados por carreteras asfaltadas, aunque la orografía y escasa demografía obliga en grades tramos a un trazado empinado, estrecho y sinuoso. La mayoría de las edificaciones son de nueva planta, los montes antes cubiertos de matorral, son extensos bosques de pinos y abunda el olivar. Ese bello paisaje y las numerosas piscinas naturales acondicionadas en los varios ríos que discurren por el entorno, aunque de escaso caudal en verano, ha supuesto la construcción de hoteles y casas rurales en los principales pueblos, que atraen un significativo número de personas que, como nosotros, buscábamos unos días para disfrutar del apacible turismo de interior.


-PINOFRANQUEADO.- En ese pueblo "jurdano" establecimos nuestro "campamento base", durante cuatro noches, desde la tarde del día 10 de julio hasta la mañana del 14.

Nos alojamos en un hotel confortable y con terrazas rodeadas de zonas ajardinadas, muy próximo a la piscina natural de río de Los Ángeles y del chiringuito situado en su orilla, propiedad también del dueño del hotel. Un lugar apacible, especialmente por las noches para pasar una velada en amena tertulia.
Como de costumbre, durante el día recorríamos la comarca y las zonas limítrofes, aunque solo destacaré lo que nos pareció más atractivo.


-Meandro Melero del río Alagón.- Desde el Mirador de la Antigua, cercano al pueblo de Las Mestas, estuvimos contemplando ese meandro con forma de herradura cerrada, que encierra una pequeña península en su interior. El panorama es de gran belleza.

-Sierra de Gata.- Para no extenderme en demasía, dejo el relato de esta visita para la próxima entrada, ya que al año siguiente volvimos por esas tierras.


-Coria.- Este pueblo cacereño es sede de obispado, cuenta con notables monumentos, entre ellos su iglesia parroquial y el torreón de una fortaleza.


-Portugal.- Al otro lado de la frontera también hicimos un interesante recorrido, visitando algunos de sus pueblos, destacando Penamacor y Monsanto.


-Marvao.- En realidad, ese otro pintoresco pueblo portugués, construido en la cumbre de un monte rocoso y que dispone de una importante fortaleza, lo visitamos de camino a nuestro siguiente destino:

Como nuestros distintos recorridos en ocasiones diferentes, nos permitieron conocer la frontera luso-española; fluvial por el Duero en la parte norte (Zamora y Salamanca), igual en el sur por el Guadiana en la provincia de Huelva y terrestre entre ambos (la llamada Raya), nos sorprendió las muchos castillos y fortalezas o fortines construidos a cada lado, quizás más numerosos en Portugal, consecuencia del secular enfrentamiento entre estas dos naciones vecinas y hermanas. Afortunadamente, todo quedó en el pasado, cuando las disputas por las colonias y las rutas marítimas


-Brozas.- En ese otro municipio cacereño nos alojamos la última noche del viaje, la del 14 de julio. Llegamos a un hotel muy bien acondicionado, construido transformando un antiguo monasterio, que le daba un aire de recogimiento. Su situación está algo distante de la ciudad, por lo que durante las noches, para nuestro reposo nocturno, esperábamos tranquilidad y silencio, en todo caso, solo roto por el canto de los grillos o el croar de las ranas y, mira por donde, coincidimos con la celebración de una boda y nos vimos inmersos en un mundo de bullicio y fanfarria hasta altas horas de la madrugada.


-Alcántara.- Por la tarde nos llegamos a ese pueblo cercano que posee un rico patrimonio arquitectónico, destacando el edificio que fue sede de la antigua Orden Militar de Alcántara. Pero, sin lugar a duda, la joya es el soberbio puente romano construido sobre el río Tajo en tiempos del emperador Trajano, con arco de triunfo en el centro. Sobre su calzada, aún transitan numerosos vehículos regularmente. Un templete próximo sirvió de tumba a su arquitecto, cuya inscripción nomina a Cayo Julio Lacer.


Una vez conocido el pueblo de hospedaje y sus alrededores, el día 15 de julio emprendimos el camino de retorno, siguiendo la ruta por Portugal, pero esta vez solo para llegar a la ciudad fronteriza de Elvas, famosa por su turismo mercantil y gastronómico, mayoritariamente español, ya que dista no más de 4 kilómetros de Badajoz, por donde entramos nuevamente en España. Terminamos de anochecida en Sevilla, dando por finalizado otro más de nuestros viajes, de los que tanto aprendimos y disfrutamos.


viernes, 4 de abril de 2014

De Albarracín a Sierra Nevada, 2 (2010)


Siguiendo el recorrido expuesto en la entrada anterior, partiendo de Albarracín, llegamos a Calpe en la tarde del día ocho de julio. Previamente, nos desviamos del trayecto para pasear en coche por las calles centrales de la siempre bella ciudad de Valencia.

Nuestro propósito en Calpe no pasaba de conocer esa turística y costera población alicantina, contemplar el imponente peñón de Ifach,  pernoctar y continuar hasta Elche a la mañana siguiente.

Como ya comenté en los capítulos dedicados a mi estancia en la Armada, en una navegación costera de ida y vuelta que hicimos desde Cartagena a Vinaroz, tuve ocasión de ver esa enorme roca. La cercana perspectiva desde el nivel del mar de sus más de 300 metros de paredones casi verticales, me resultó entonces aún más impresionante.


-ELCHE.- En esa populosa población establecimos otro "punto de partida". No hospedamos durante tres noches y visitamos sus lugares de mayor interés turístico, como, por ejemplo, el jardín botánico llamado el Huerto del Cura, su palmeral, el mayor de Europa y la basílica de Santa María, donde se celebra el Misterio de Elche, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. También el museo donde se muestran los diferentes objetos de arte empleados en esa obra sacra.

No voy a entrar en más detalles porque todo ello es de sobra conocido a nivel popular o fácil de consultar en cualquier guía turística. En todo caso, resaltar que coincidimos allí el día once de julio, cuando España consiguió por primera vez alzarse con el campeonato mundial de futbol ante Holanda. El ambiente resultó espectacular. La multitud, jóvenes de ambos sexos en su mayoría, se desplazaba envuelta en banderas españolas hasta la plaza del Ayuntamiento, en cuya fachada colocaron otra enorme bandera nacional y una gigantesca pantalla de televisión. ¡Que colorido! ¡Que pasión! ¡Que explosión de júbilo por el triunfo! ¡Que inolvidable noche!. Curiosidades de la vida: Nunca pude imaginar que su recuerdo para mi, siempre iría unido a esa ciudad. En realidad a ninguna, pues nunca pensé vivir ese triunfo.

Eso sí, como llegué algo tarde a la plaza y no conseguía un lugar cómodo para visionar el partido y lo estaba viviendo con pasión, me volví a un bar para reunirme con el resto del Grupo. Gracias a su atención no fui expoliado por dos…, dejémoslo solo en desaprensivos (aunque pienso otro calificativo más apropiado), que intentaron aprovechar que toda mi atención estaba puesta en el mismo. Seguro que con la euforia colectiva, al final encontrarían a la víctima propicia


-Isla de Tabarca.- Desde Elche nos desplazamos al puerto de la cercana población de Santa Pola, donde embarcamos en un catamarán para visitar esa pequeña isla muy próxima a la costa y única habitada de la Comunidad Valenciana.

Cuenta con un pequeño pueblo dentro de lo que fue un recinto amurallado, de tiempos de Carlos III, cuando fue repoblada con italianos redimidos procedentes de la isla de Tabarka, en la costa tunecina. Aún se conservan algunas puertas y restos de los muros. Tiene una extensión de unos 1.800 metros de largo por un máximo de 450 de ancho. La reducida playa cercana a la pequeña población estaba saturada de personas, pero encontramos otras calas poco concurridas, incluso solitarias, pero sin próximos servicios de hostelería. Las arenas son siempre oscuras, cuando no orillas pedregosas. Aún así, es un importante reclamo turístico diario en verano.

Por la tarde, mi cuñado y yo recorrimos la isla en su longitud. Caminamos tanto bordeando la costa como por la parte central. Su superficie es llana, sin árboles, pero cubierta de matorral. Nos llegamos hasta un fortín abandonado, que por lo visto se adaptó en su día para cuartel de la Guardia Civil.

Casi en el extremo próximo al poblado también hay un pequeño cementerio. A mi, de día, los cementerios, siempre me han causado un sentimiento de respeto, misterio y soledad, aunque siempre me han atraído desde un punto de vista histórico (en realidad en ellos todo es historia) más aquel, tan apartado y solitario, me resultó hasta tenebroso.


-El Castell de Guadalest.- Fuimos a ese pintoresco pueblo edificado en la montaña, incluso con alguna construcción en la cima de los riscos, atraídos por un popular programa de la televisión pública, donde daban pistas hasta llegar a descubrirlo. Su principal atractivo turístico son los numerosos museos de los objetos más variopintos. Demasiados diría yo. El de mayor interés para mi cuñado era el de motos y casualmente el único que estaba cerrado ese día. Además, nada más llegar, para poder aparcar en un despoblado público hubimos de pagar una tasa municipal de 4 euros, práctica que consideramos abusiva y desmotivó nuestro interés por la visita. Tampoco esa medida agradaba a los propios comerciantes del lugar.

El día 12 partimos desde Elche con destino a Jérez del Marquesado, pueblo situado al pie de Sierra Nevada. Durante el trayecto hicimos una detenida parada en Cartagena, para recordar mi etapa marinera. Capital del Departamento Marítimo de Levante, allí tenían la base las fragatas en las que permanecí dos años. Viví unos momentos nostálgicos y a su vez frustrantes como ocurre en estos casos, cuando compruebas que el tiempo todo lo cambia y que en sí mismo has dejado de ser el joven de aquellos años y ya te sientes un extraño recorriendo calles que en su día te resultaron tan familiares.


-JÉREZ DEL MARQUESADO.- (Así, en este caso acentuando la primera sílaba, como nos corrigieron los nativos nada más llegar). Curiosamente, también aquel pueblo nos atrajo por una información televisiva, en ese caso recordando los 50 años transcurridos desde 1960 cuando los vecinos contribuyeron de forma decisiva, a veces heroica, en el rescate de los tripulantes de un avión de las fuerzas aéreas de EE.UU., que capotó en la cima de la sierra cubierta de nieve.

Es un pueblo pequeño y apacible. Nos alojamos en un hotel rural, su ambiente nos resultó tan familiar y cómodo, que en lugar de una noche prolongamos a dos nuestra estancia y así aprovechamos para recorrer una vez más la abrupta y pintoresca comarca de Las Alpujarras granadinas.

Tampoco faltaron algunos recorridos urbanos por el cercano y monumental pueblo de Guadix.


-Las Alpujarras.- Viajamos a los pueblos más típicos de esa zona por el puerto de La Ragua. Contemplamos el profundo valle de Poqueira y nos paramos para disfrutar de los torrentes de aguas frías y encrespadas que fluyen impetuosos del deshielo en las cumbres.


El 14 de julio emprendimos el trayecto final hasta Sevilla, no sin antes hacer una detenida parada para desplazarnos por las orillas de la laguna de Fuente de Piedra (Málaga).

Según comentaba en la entrada anterior, junto a la de Gallocanta en la provincia de Zaragoza, forman el mayor humedal interior de agua salada de España, pero en este caso, en vez de concentraciones periódicas de grullas, se mantiene la colonia más numerosa de flamencos de la Península Ibérica.

Como de costumbre, aprovechamos toda la jornada de regreso a Sevilla para viajar, donde no llegamos hasta el anochecer.



viernes, 14 de marzo de 2014

De Albarracín a Sierra Nevada, 1 (2010)


-ALBARRACÍN.- En ese bello pueblo turolense (clasificado entre los más bellos de España. A nosotros así nos lo pareció), enclavado en la sierra a la que da nombre, de trazado irregular, con calles por lo general empinadas,  construido con piedra casi en su totalidad y rodeado por el río Guadalaviar, que le da fertilidad, arbolado y frescor, establecimos nuestro "cuartel general" en la primera etapa del viaje veraniego del año 2010. Fue la ruta más larga y variada de cuantas hicimos.

En Albarracín nos alojamos durante tres noches, desde el día 5 de julio hasta la mañana del día 8.

Como era normal en esos viajes, aparte de conocer bien la población de hospedaje y disfrutar de la cena en alguna terraza, amenizada por una grata tertulia, nos dedicábamos a viajar por los lugares próximos que considerábamos de interés. De esa forma, por ejemplo, llegamos a Fuendetodos, para ver la casa natal de Goya, o a Cariñena, pueblo famoso por sus vinos, pero las visitas más destacadas merecen comentarios aparte. Fueron las siguientes:


-Teruel.- Nos resultó muy placentero pasear por esa pequeña capital de provincia y así poder contemplar su rica arquitectura en estilo mudéjar, que por algo ha sido catalogada como patrimonio de la humanidad.
La plaza del Torico es conocida por su tipismo, su forma triangular y porque es el centro cívico de la ciudad. La estatua del dicho torico, colocada encima de una columna que en su parte baja sirve de fuente de cuatro caños, a nosotros nos pareció minúscula, pero para los turolenses resulta emblemática, por su relación con la leyenda fundacional de la actual población en el siglo XII.


-Pueblo viejo de Belchite.- A consecuencia de los bombardeos aéreos y artilleros que sufrió Belchite durante la Guerra Civil, aquella próspera población zaragozana quedó prácticamente arrasada. La batalla, que tuvo lugar entre agosto y septiembre de 1936, fue enconada y sangrienta, llegándose a la lucha casa por casa y a enfrentamientos cuerpo a cuerpo.

Terminada la contienda en 1939, decidieron mantener el pueblo en el estado que quedó tras los combates y construir en sus inmediaciones un nuevo Belchite. ( Siguiendo la línea de este blog, no voy a entrar en valoraciones, aunque no fue, ni mucho menos, el único exponente de aquella barbarie)

Pasear solitarios una mañana de verano por el trazado de las calles del pueblo viejo, rodeados de escombros y de edificios derruidos, con muros aún en pie, pero con las huellas de las bombas o la metralla, nos resultó sobrecogedor.

Escribiendo este relato me he informado por Internet, que las autoridades municipales del nuevo pueblo han vallado el antiguo recinto para evitar los expolios y vandalismo que venía sufriendo, así como el peligro de derrumbes sobre los visitantes. Ahora solo se puede acceder a horas determinadas, previo pago de una tasa y con guías. Medida que considero muy a propósito.

Cuando el pueblo viejo tenía libre acceso a cualquier visitante, se convirtió por las noches en un "paraíso" para los amantes de los fenómenos paranormales como las psicofonías, “manifestaciones” de las que hay abundante información en Internet.


-Laguna de Gallocanta.- Es una laguna de agua salada, que junto a la de Fuente de Piedra en la provincia de Málaga, de la que más adelante hablaré, pues también la visitamos en el mismo viaje, forman el mayor humedal de esas características en España.

En realidad esa expedición no estaba prevista en la ruta. Surgió de imprevisto, cuando en una señal de tráfico apareció una indicación de salida a la laguna y me recordó mis infantiles clases de geografía. Solicité al incansable conductor, mi cuñado Eduardo, el desvío para conocer aquellos parajes y al final, accedió complaciente. Rodeamos casi todo el contorno y nos paramos en los observatorios para ver las aves lo más cerca posible.

El atractivo principal del entorno se da en otoño cuando miles y miles de grullas procedentes de países nórdicos de Europa hacen una parada de descanso en su destino a los humedales, olivares y dehesas de Extremadura y parte de Andalucía Occidental, donde permanecen hasta finales del invierno. Sin embargo, un número determinado de esas aves –supongo que las más perezosas- se quedan en Gallocanta hasta su retorno.


-Nacimiento del río Tajo.- Nos llegamos a los Montes Universales, en la Sierra de Albarracín, para ver el nacimiento de ese río. Merece la pena contemplar el paisaje y las estatuas metálicas alegóricas al nacimiento, pero luego quedamos decepcionados al comprobar que el río más largo de la península Ibérica nazca de una forma tan modesta, pues no es sino un hilo, un simple chorrito de agua, al menos cuando lo vimos, en pleno verano.


-Nacimiento del río Cuervo.- Como contraste, este humilde río, afluente de un afluente del Tajo, nace de forma majestuosa y en cascadas ramificadas en un paraje de frondosos montes de la provincia de Cuenca. Creando en su entorno un ambiente refrescante, muy de agradecer en los calurosos momentos de nuestra llegada, en torno al mediodía.

Antes de regresar a Albarracín, dedicamos la tarde a recorrer por la provincia de Guadalajara el Parque Natural del Alto Tajo, que aún adolescente ya tiene hechuras de río importante. El paisaje es precioso, de montes agrestes y arbolados. Durante el trayecto hicimos una parada refrescante en la laguna de Taravilla.


El día 8 de julio tomamos rumbo a Calpe, pero ese relato queda ya para la próxima entrada.


P.D. Para no dar una imagen tan pobre del nacimiento del río Tajo, también he creído oportuno añadir una foto de épocas no veraniegas, cuando brota de forma más caudalosa.



viernes, 21 de febrero de 2014

Por tierras de Soria y Cabañeros. (2009)


Ese año elegimos las tierras sorianas como la primera fase de nuestro anual recorrido veraniego. Fijamos nuestro “campamento base” en el monumental municipio de El Burgo de Osma. Allí nos hospedamos durante cuatro noches, siendo la primera la del 6 de julio. El hotel era confortable y céntrico, pero nos llamó la atención su aspecto decorativo interno. Hasta las puertas del ascensor estaban ornamentadas de tal manera que semejaban retablos. Parecía como si invitaran a la oración.

Siguiendo mi costumbre, previamente al viaje me documenté releyendo las leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer ambientadas en Soria y la biografía de Antonio Machado, publicada poco tiempo atrás por Ian Gibson y titulada “Ligero de Equipaje”, ya que ambos poetas estuvieron ligados a esa capital y su provincia. Esa información nos sirvió de ilustración y entretenimiento, especialmente durante el largo tiempo de “reclusión” en el coche.

Para no hacer demasiado extensa y tediosa la escritura, me limitaré a destacar las visitas y desplazamientos que más nos llamaron la atención.


SORIA.- Nos resultó muy atractivo el paseo por esa ciudad, de escasa población, pero con un rico patrimonio artístico y un trazado urbano de calles limpias y un cuidado y frondoso parque.

En uno de nuestros paseos urbanos entramos en el cementerio para visitar la tumba de Leonor Izquierdo, esposa que fue de Antonio Machado. En las proximidades está el tocón del olmo al que se supone que el poeta dedica el poema A un olmo seco, cuyos emotivos versos figuran en una placa de bronce.

Otro de los encantos de la ciudad es el río Duero que la abraza en forma de arco, proporcionándole una exuberante vegetación, paseos y monumentos. Dedicamos una tarde para su recorrido y visitas.


San Juan de Duero.- Fue un antiguo monasterio de la Orden Militar de los Hospitalarios de San Juan de Dios. Queda en pie la iglesia y una preciosa arcada románica que formaba parte del claustro.


Entre San Polo y San Saturio.- Con este poema, Antonio Machado se refiere al paseo por la orilla de río que él tanto frecuentaba y que discurre entre la iglesia de San Polo, que formó parte de un monasterio templario, hasta la ermita de San Saturio, erigida sobre la gruta donde se dice que vivió aquel santo anacoreta de la Baja Edad Media, actual patrón de la ciudad.

Miramos a la otra orilla del río, hacia la ciudad, para contemplar el Monte de las Ánimas, que da nombre a una de las leyendas de Bécquer. También, en las cercanías de San Polo, el mismo poeta inicia otra de esas historias: “El rayo de luna”.


-Parque Natural del Cañón del Río Lobos.- Además de observarlo desde el mirador de La Galiana, mi cuñado y yo caminamos por el lecho del río hasta la Cueva Grande y la ermita de San Bartolomé. Nos impresionaron sus enormes y abruptos paredones rocosos, en cuyas cornisas se guarece y anida una numerosa colonia de buitres que sobrevuelan por el entorno continuamente.

En las inmediaciones del cañón nace el río Ucero, que fluye cristalino entre la densa vegetación.


-La Laguna Negra.- Cercana a los Picos de Urbión, donde nace el río Duero y a una altitud que supera los 1.700 metros, se localiza esta laguna rodeada de farallones, por donde fluyen algunas pequeñas cascadas. El nombre es consecuencia del color oscuro de sus aguas. El paisaje nos resultó espectacular.

Son varias las leyendas misteriosas sobre la laguna, aunque prevalece la de que no tiene fondo, que recoge el poema en prosa y en verso de Antonio Machado “La tierra de Alvargonzález”. En realidad, su profundidad máxima es de unos 8 a 10 metros.


-Monumento Natural: La Fuentona de Muriel.- Es una profunda red de grutas subterráneas cubiertas de agua, ideal para la práctica del espeleobuceo. Aflora a la superficie en el fondo de un bello y agreste paraje, aunque de una forma modesta, pues no aparenta más que un simple charco irregular de no más de 30 metros de diámetro, pero cuando lo presenciamos al atardecer, el color del agua, era de un verde esmeralda de sobrecogedora belleza. Parecía como si nos mostrara el peligro de sus profundidades.  Allí nace el río Abión, que discurre con transparentes aguas.

Después de otros desplazamientos por la zona, citaré por ejemplo Calatañazor, Berlanga del Duero o las ruinas de Numancia (que no pudimos recorrer por estar cerrado el recinto a la hora que llegamos), emprendimos el camino de la segunda y última etapa del viaje en Horcajo de los Montes (Ciudad Real), para visitar el Parque Nacional de Cabañeros. Llegamos por la tarde del día 10 de julio.


-PARQUE NACIONAL DE CABAÑEROS.- De un proyectado polígono de tiro para el Ejército del Aire en 1983 pasó a convertirse en Parque Nacional. Ese ha sido el afortunado destino de ese territorio enclavado en los Montes de Toledo, entre la provincia del mismo nombre y la de Ciudad Real.

Dedicamos una tarde a hacer el recorrido acudiendo a un servicio de coches todoterreno que existe en Horcajo de los Montes. Fue una experiencia emocionante, aunque para molestar lo menos posible a las aves rapaces, el guía hacía una parada de vez en cuando para contemplar las águilas imperiales o los buitres con teleobjetivos. Curiosamente, en un árbol convivían un buitre negro y uno leonado, por lo visto un extraño comportamiento, por cuanto los leonados habitan en roquedales y los negros en grandes árboles.

Los ciervos sí es posible verlos con frecuencia, en ocasiones pastando en una amplia llanura a la que llaman La Raña.

Pues bien, el día 12 de julio emprendimos el camino de retorno a Sevilla pero, como de costumbre, de forma pausada, sin ninguna prisa, incluso nos paramos para visitar el pueblo de Almadén y su Museo y Parque Minero, pero éste estaba cerrado por coincidir la fecha en domingo.

Bueno, pues así es como he podido contar aquel viaje, que para nosotros resultó tan ilustrativo como apasionante.