Como anunciaba en la entrada
del pasado día 18 de Noviembre, continúo y aquí termino con la curiosa historia
del bombardeo por parte de la aviación republicana durante la Guerra Civil, al buque mercante noruego “Gulnes” en San
Juan de Aznalfarache (Sevilla).
Tras las numerosas gestiones encaminadas
a esclarecer los motivos de tan extraño ataque aéreo (que exponía de forma
resumida), sin conseguir una explicación concluyente para satisfacer mi
curiosidad, suspendí las averiguaciones, pero no me olvidé del asunto.
Recientemente se me ocurrió
consultar de nuevo a este moderno “oráculo” que representa Internet. Me
respondió mostrándome dos blogs, que
se refieren al caso. Incluso, uno de ellos con fotografías del monolito, pero donde
tampoco se aclaran las causas del bombardeo. También me mostró la hemeroteca del diario ABC de Sevilla.
Concretamente, me remitió a la edición del día 15 de diciembre de 1936, que
coincidió en martes. Esa respuesta resultó más significativa, aunque tampoco
determinante.
Efectivamente, la portada, a toda plana, contempla uno
de los enterramientos, con un breve comentario a pie de página. A pesar de la
escasa nitidez de imagen, se puede apreciar la presencia de un hombre que viste
abrigo y tiene vendada la cabeza: Muy posiblemente un herido a consecuencia de
la explosiones, pues es de suponer que, si las víctimas mortales resultaron finalmente
cuatro, otros miembros de la tripulación sufrirían lesiones a las que sobrevivieron.
En dos resumidas notas se da
cuenta de los entierros en la página 15:
--La primera se refiere al
entierro el domingo día 13 por la mañana, “de dos tripulantes del vapor noruego
Gulnes, víctimas del bombardeo por un avión rojo”.
Por la tarde tiene lugar el
entierro de un tercero. Informa también, que a ambos sepelios asiste el cónsul
de Noruega en Sevilla, Mr. Bjorn Bjorge.
--En la segunda nota se
comunica la muerte el lunes día 14, de la cuarta víctima a “causa del bombardeo
del barco por un avión rojo”. Se trataba del primer piloto del buque. La hora
del entierro quedaba por determinar por el consulado.
Quizás aquella escueta
información estuviera obligada a darse por la presencia del cónsul de Noruega y
algunas autoridades de Sevilla, pues el bombardeo, que hubiera sido noticia
principal, fue silenciado, seguro que de forma intencionada, como explica la
ausencia de referencia alguna en las ediciones del citado diario los días 8 y 9
de diciembre, siguientes días al ataque, según mi consulta en la Hemeroteca
Municipal. Supongo, por tanto, que se impuso la rigurosa censura militar de
aquellos momentos.
Todas estas averiguaciones, sin
una respuesta concreta, han despertado en mí las siguientes interrogantes y
conjeturas:
--¿Por qué Queipo de Llano no
aprovechó un ataque tan singular a un buque extranjero, supuestamente ajeno a
la contienda, en sus características
ofensivas nocturnas radiofónicas para lanzar contra los “rojos”?.
Supongo que, por el contrario,
no le interesaría nada alarmar a la población, propagando incursiones aéreas "rojas”
sobre la cercana base de Tablada, lo que representaba un riesgo potencial de
bombardeos sobre la ciudad, en represalia a los que venía sufriendo Madrid.
-- ¿Fue fruto del azar esa
acción bélica, como así me respondió el
Sr. Salas, afamado erudito de la historia de Sevilla?
Parece poco probable que a un
avión se le desprendiese una bomba fuera de su objetivo, que ésta entrara por la chimenea del buque,
explosionara la caldera y que causara cuatro víctimas mortales; cuatro muertos
que, supuestamente, no irían a presencia
de Odín en el Valhalla, puesto que no cayeron en combate, sino en el trabajo,
negros de cargar carbón (con mis respetos). De todas formas, no encuentro otra
versión que contradiga tal información.
Además, como todas las
referencias hablan de ”bombardeo”, nunca de accidente fortuito y que, según la
información del Lloyd´s, el vapor quedó en tan mal estado que fue remolcado a
Gibraltar para su desguace, parece
apuntar a que el ataque fue totalmente premeditado.
-- ¿ Porqué tampoco el diario
ABC de Madrid se hace eco de tal noticia?
Supongo que a las autoridades
republicanas para nada les interesaba divulgar una acción de guerra, por las
causas que fueren, contra un buque mercante de una nación ajena a nuestra
contienda.
Pues bien, todo lo expuesto es
cuanto puedo contar sobre este singular caso de la Guerra Civil. Si alguien
tiene información fidedigna o una opinión más certera, le agradecería me lo
hiciera llegar para dar descanso a mi imaginación y curiosidad.
P.D.
Curiosamente,
terminada esta entrada y como repuesta a la anterior, me llegaron dos curiosos
enlaces. Uno de ellos aconseja añadir en breve un apéndice, que creo será de
interés. Al menos, a mí me servirá de entretenimiento.