jueves, 13 de julio de 2017

Crucero por el Báltico, 2.


San Petersburgo. Martes y miércoles. Días 12 y 13 de julio de 2016
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Llegada a las 8:00 horas. 146 millas recorridas desde Helsinki. 14 horas de navegación.

Tiempo nublado y a veces tormentoso. Frecuentes lluvias. Temperaturas frescas, incluso frías para nosotros: unos 8 grados centígrados por las tardes. Para permanecer de noche en las terrazas de la cubierta de popa, única al aire libre, disponíamos de mantas. Solo nos consolaba saber que en gran parte de España estaban padeciendo rigores de calor que superaban los 40º.

Estuvimos tentados de unirnos a la excursión de viajar a Moscú en tren de alta velocidad, con cuatro horas de trayecto en cada sentido. También, al regreso te mostraban San Petersburgo. Pensamos que no tendríamos nueva oportunidad. Desistimos porque, además de que solo disponían de guía en lengua inglesa, nos pareció un viaje agotador.

Así que nos apuntamos el segundo día (para el primero ya no teníamos plaza con guía en español) a: “Mañana en el palacio de Jussupov, con crucero por los canales”.

Nuestra meta en estos casos es siempre conocer la ciudad, prescindiendo de palacios y museos, pero no teníamos otra opción. No entrar en el palacio suponía desconectarnos del grupo, con el riesgo de deambular solos un tiempo por una ciudad desconocida, o soportar una prolongada espera.

Por la limitación de intérpretes nos tocó compartir autobús con pasajeros franceses. Las dos guías que nos iban alternando información se llamaban Natalia, nombre de mujer muy común en Rusia como sabemos, así que con Natalia se quedó la de español y ésta designó como Natacha a la de lengua francesa. Por no ser menos común, el conductor: Sasha, hipocorístico de Alejandro.


Impresionante la panorámica urbana desde sus numerosos canales. También desde el río Neva, con sus 1.300 metros de anchura, 25 de profundidad y corriente impetuosa. Atentos siempre en bajar la cabeza en las lanchas al pasar bajo tantos puentes.


Nos informaron que suman 500 los palacios y mansiones construidos por el centro de la ciudad. Destaca el Palacio de Invierno, convertido en museo: el famoso Hermitage. También aparecían muy vistosas las doradas  cúpulas  de algunas iglesias o de las verjas de frecuentes jardines.

Nos sorprendió ver un autobús español de la empresa “Autobuses Xativa, S.L.”, pero con matrícula rusa. Conocimos después que, como es muy bajo el índice de salinidad del mar Báltico, de forma más acusada en esa zona del golfo de Finlandia como consecuencia de la enorme cantidad de agua dulce que fluye al mismo, tanto de ese país como la que vierte desde Rusia el caudaloso río Neva, éste permanece congelado gran parte del año. Eso supone que su temporada turística sea corta. No sería rentable mantener una flota de autobuses parada durante largo tiempo. Así que cuando es preciso alquilan los necesarios a otros países europeos.

No contamos con tiempo alguno para compras. Parecía una medida previamente premeditada para adquirir los típicos productos rusos expuestos en las tiendas de a bordo.

Si embargo, dentro del puerto y muy próximas a la pasarela de embarque, había dos tiendas bien abastecidas. Podíamos pagar incluso en euros y en esa moneda nos daban la vuelta. Cambio: 70 rublos por euro.

También observamos en el puerto que todos los cruceros  estaban abasteciéndose de combustible, lo que hace suponer que era más barato en Rusia.
A las 18 horas del segundo día, partida con rumbo a Tallín. 


Tallín. Jueves. Día 14 de julio de 2016.

Llegada a las 9:00 horas. 160 millas recorridas desde San Petersburgo. 15 horas de navegación.
Temperatura muy agradable. Nubes y claros, aunque no llegó a llover.

Nos apuntamos a la excursión “Visita de Tallín”. Viajamos en autobús hasta la parte alta de la ciudad, pues una parte importante de la capital de Estonia está edificada en acusada pendiente. Allí iniciamos la visita.

Fue la primera y única ocasión entre todas la excursiones que realizamos, tanto en ese como en el anterior crucero, donde nos proveyeron de auriculares en el interior del autobús. Podíamos así mantener un coloquio informativo con nuestro guía: Rolando, natural de Caracas.

Rolando incluso nos facilitó su número de móvil por si ocurría algún extravío entre la muchedumbre, incidente que efectivamente sucedió. Ya avanzada la excursión lo llamó una pareja que se había desconectado del grupo. Con esa medida les resultó fácil localizarnos.

Todo el recorrido hasta la parte baja donde nos recogió de nuevo el autobús la realizamos a pie. Caminamos más de 3 horas, pero tuvimos así la oportunidad de contemplar con bastante detalle una preciosa ciudad, muy limpia y ajardinada. Dispone también de numerosas y bellas iglesias de rito ortodoxo.


Tanto la plaza principal situada en la parte baja, en el casco antiguo, llamada del Ayuntamiento, como otras del entorno y calles aledañas estaban muy animadas y concurridas de terrazas. En el centro de esa plaza existe un punto indicador desde donde se pueden ver todas las iglesias de Tallín. Incluso hicieron un chaflán en el tejado de un edificio, para que al menos se pueda contemplar la cruz de la cúpula de la única que quedaba oculta.
A las 17:00 horas partimos para Estocolmo. 


Estocolmo. Viernes y sábado, días 15 y 16 de julio de 2016
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Llegada a las 9:00 horas. 176 millas recorridas desde Tallín. 16 horas de navegación.

Ciudad de inicio y término del crucero. Temperatura suave, aunque continuaban las frecuentes lluvias como a  nuestra llegada el sábado anterior, incluso chubascos más intensos.
En esta ocasión, el viernes día 15, la excursión elegida en autobús fue: “Estocolmo: visita a la ciudad, Ayuntamiento y museo Vasa”.

Estocolmo es una monumental y bella ciudad. Se aprecia un alto nivel de vida. Está edificada sobre 14 islas e islotes, por lo que resulta característico su trazado de canales, surcados de forma continua por numerosas embarcaciones.

Durante el recorrido tuvimos la oportunidad de presenciar el vistoso cambio de guardia en el Palacio Real.


Visitamos el amplio interior de su colosal Ayuntamiento, prestando especial atención a los dos salones donde celebran la cena y el baile el día de la entrega de los premios Nobel. La cena, en concreto, tiene lugar en el llamado Salón Dorado, llamado así por las paredes recubiertas de teselas de láminas de oro entre otras dos de vidrio. La entrega en sí de los premios tiene lugar  en un edificio diferente: la Sala de Conciertos.

El Vasa fue un potente y lujoso navío fletado en el siglo XVII, que sin embargo naufragó a poca distancia de Estocolmo en su viaje inaugural. Como por las condiciones específicas de aquellas aguas la madera se conservaba en perfecto estado después de rebasados los 300 años, fue reflotado en 1961 y expuesto en un museo muy visitado donde se puede admirar.



Dada mi impericia fotográfica y la penumbra interior del museo, expongo de todas formas la foto que tomé a la maqueta del navío Vasa allí expuesta.
Terminada la excursión retornamos al barco a la hora de la comida.

Ya en esa última tarde y noche a bordo se percibe el desánimo entre los pasajeros, a pesar de que todas las prestaciones siguen en plena actividad, pues es preciso preparar el equipaje que ha de ser facturado, identificarlo con adhesivos de números y colores diferentes en función de los vuelos y, como máximo, disponerlo en las puertas de los camarotes a la 1:00 de la madrugada.

Con todo, lo más negativo, al menos para nosotros, es madrugar al día siguiente, pues los camarotes han de quedar libres a la 8:00 horas, justo la jornada que corresponde al cansado viaje de retorno.

En alguna ocasión gestionamos para evitarlo, al menos en los casos de quienes permanecíamos en el barco hasta las 13 horas, como era nuestro caso, incluso algunos hasta más tarde, pero nos comunicaron que no era posible por el sistema del orden establecido para la limpieza general. Cierto que disponíamos de lugares de descanso y podíamos incluso tomar aperitivos y comer, pero era mucho tiempo y ya deambulábamos como ausentes.

A pesar de todo, nuestra experiencia con los cruceros ha resultado del todo positiva. En las largas horas de navegación disfrutamos de la vida a bordo tan animada, tan cómoda y con tan abundante y variado servicio de restauración.


No quisiera rematar el relato, sin exponer encima de este párrafo una foto del comedor donde cenábamos en grata compañía, con ambiente festivo en ocasiones y servidos por un amable y simpático camarero filipino, apellidado Miraflor.

A las 16:00 horas embarcamos en el aeropuerto de Arlanda en un vuelo de Iberia con destino a Madrid. El avión era el mismo que nos llevó. Esos vuelos están concertados con Costa Cruceros. Allí coincidimos con el nuevo pasaje.

Esa noche nos hospedamos en Madrid cerca de la estación de Atocha, para regresar a Sevilla en el AVE el domingo día 17 de julio de 2016, dando así por concluida tan inolvidable singladura.

11 comentarios:

  1. Mi sobrina Eva me contestó en Face-Book: "yo de mayor quiero ser como tu".
    Le respondi: "sobrina, yo no soy mayor, sino madurito"

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    1. Mari Cuevas me respondió por Face-Book. Entre otras cosas me decía que al vasa le Pasó como al Titanic.
      le respondí por el mismo medio.

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  3. El 13-7-17 repite comentario en Face-Book mi sobrina Charo. Quedo que me comente aquí y le respondo.

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  4. 14-7-17 También me comenta mi amigo Pepe López por Face-Book y me pide datos de San Petersburgo. Le comento que le daré datos por correo e.

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  5. Hola!
    Vale, yo también de más madurita quiero ser como tú, en ese fíjarme en tantos detalles.Que no es lo mismo que leer sobre un lugar que haber estado en él. Como no es lo mismo una visita de unas horas que estar unos meses. Pero esa primera impresión es tan valiosa...para lo que gusta como para decir que no volverias.
    Cada lugar que has visitado me parece una ejemplo de culturas y paisajes diferentes.
    Muy bien tío!!! Tu sigue viajando y contando y como dice un slogan de una Agencia de viajes : dar vueltas, da mucha vida!
    Un beso de tu sobri

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    1. Así es, sobrina, a pesar de que, como tu, disfrutamos con la lectura, no es lo mismo que la vivencia.
      No es preciso que lleguéis a maduritos para que viajéis a Suecia, por ejemplo, país que conozco que deseáis visitar, pues desde Alemania lo tenéis más " a mano". La verdad que merece la pena esa visita. También todo lo demás que tuvimos oportunidad de conocer, aunque no con el tiempo necesario, pero bueno, también gozamos de la vida a bordo y contemplando la inmensidad de la mar.
      Espero que sea cierto ese dicho de que "dar vueltas da mucha vida", pues mientras podamos lo seguiremos poniendo en práctica.
      Desde luego, nunca imaginé llegar hasta Rusia. Me hizo mucha ilusión.
      Abrazos.

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  6. Como siempre muy interesante.
    Ya ves el movil a destrozado mucha imaginacion pero lo bien que viene para cuando te pierdes y tantas cosas, que ya es dificil vivir sin el.
    Ya mismo en vez escribir disfrutando en vivo de uno nuevo.
    Besotes.
    Yo tambien digo "de mayor quiero ser como tu" aunque sea mas joven que yo ja ja.

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    1. Estoy seguro, hija, que tendréis oportunidad de hacer largos viajes, incluso con menos años que yo. También estoy seguro que lo disfrutarás con la misma intensidad.
      Besos.

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  7. Como ya he comentado otras veces, eres como una enciclopedia andante, a lo que hay que sumar la emotividad que tu le pones.
    Puede que lo que me retraiga un poco sea el clima, aunque os imagino sentados en la terraza de cubierta con las mantas, como en imágenes de tantas películas.
    Algo que tampoco sabia, es que el nombre de Sasha, está asociado al de Alejandro. Como que San Petersburgo alberga más de 500 palacios y mansiones...increible.
    Curiosa también la explicación de la estancia de la empresa española de autobúses.
    Muy bonitas las imágenes de Tallín, ciudad que no puedo dejar de asociar con mi hija Raquel y su viaje (ganado en un concurso) para ver el festival de Eurovision en el que participó Rosa López.
    Interesante también la historia del navío Vasa.
    Un placer como siempre de tu discípula.
    Besos.
    Sharon

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  8. Cuanto me alegro que disfrutes y te sirvan estos comentarios.Mis deseos también de que algún día puedas gozar de forma real de esos viajes.
    Abrazos.

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