miércoles, 1 de mayo de 2013

Monasterio de Sto. Domingo de Silos, 2



Una vez en el pueblo nos entretuvimos con alguna compra o paseo hasta la hora de comer, que ese día haríamos en un restaurante. Era debido a que por alguna causa excepcional, también  la comunidad de monjes tenía una comida de confraternidad en el exterior. Aprovechando que eramos muy pocos hospedados en esa fecha, nos lo había pedido previamente el hermano Moisés, quien nos indicó que quedaría abierta la puerta pequeña de la hospedería, a fin de que tuvieramos libertad de entrar y salir durante su ausencia.

Después de comer, mi amigo y yo entramos en el monasterio, pero antes de subir a nuestras celdas pensamos permanecer un rato en la zona porticada, pues sabíamos que las circunstancias de contemplar ese claustro románico de doble planta en su soledad y silencio, con su esbelto ciprés que llaman el Dedo de Dios, nevado y nevando, serían irrepetibles para nosotros (al menos para mí lo han sido y ya han pasado ¡17 años!). Recuerdo que comentabamos que la experiencia resultaba sobrecogedora, por la profunda sensación de paz interior que recibiamos, no exenta de cierta angustia.
  
Yo acudía con frecuencia a los oficios religiosos por el simple gozo de escuchar en directo el Canto Gregoriano. Como el templo donde se entona el mismo estaba en el lado opuesto de la zona de hospedaje, una noche avanzaba yo en solitario por un amplio pasillo interior con idea de asistir a Completas, el último ritual de la jornada, que tiene lugar desde las 21,30 a las 22 horas, oficio que me gustaba especialmente por su intimidad, ya que solo estaban presentes los monjes y algún residente. En el trayecto comprobé que las luces se iban apagando a mi espalda y a la vez se encendían a medida que avanzaba. Como contraste a las horas diurnas durante las que puedo llegar a ser incluso atrevido, como en el recorrido por el Desfiladero de La Yecla que contaba en el capítulo anterior, la combinación de la oscuridad, soledad y silencio, me hacen sentir un miedo irrefrenable, para qué negarlo. En esa situación dudaba entre seguir o regresar a la celda, pero como la distancia ya era más o menos la misma, decidí continuar. El momento crítico fue cuando aparecí en el solitario claustro, que estaba nevado e iluminado con una luz tenue. Lo crucé corriendo sin volver la vista a ningún lado y llegué por fin a la iglesia. ¡Qué alegría sentí al encontrarme en la compañía de los monjes! Hasta ese canto un tanto lúgubre y más a esas horas, me resultaba tan alegre como unas sevillanas. Ya esperé para regresar en silencio con ellos, pues algunos tenían sus celdas próximas a las nuestras.

Quizá porque el deleite de escuchar de nuevo ese canto fuera superior al miedo que sentía al tener que cruzar otra vez el recinto en solitario después de la cena, o porque fuera acompañado, que es lo más posible aunque no lo recuerde,  lo cierto es que a la noche siguiente repetí la experiencia. Tampoco me explico por qué llegué o llegamos tarde, cuando ya los monjes venían de recogida por los porticados del claustro, desfilando en silencio, con la capucha echada, la cabeza baja y los brazos cruzados dentro del oscuro hábito para protegerse del intenso frío. Escena imponente que me recordó de inmediato la película "El nombre de la rosa".

Cuando terminaron aquellos días de temporal, dejó de nevar y las carreteras se hicieron más seguras para el tráfico, mi amigo y yo nos despedimos de algún compañero de alojamiento, del amable monje que nos servía la comida y con un mutuo y afectuoso abrazo del bondadoso hermano Moisés, quién nos despidió en  el portalón de la hospedería y la zona de cultivo. Fue entonces cuando emprendimos el camino de retorno a Sevilla, dejando atrás una vivencia inolvidable.

Desde aquella experiencia, recuerdo a veces al tan citado hermano Moisés, sobre todo porque nos dijo en una ocasión que él era ¡FELIZ! (además  lo parecía) con la vida que había elegido, austera, disciplinada y dedicada a la oración y al trabajo (Ora et Labora, el lema de su orden). Afortunado él, que de alguna forma, había alcanzado la meta de todo ser humano.



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27 comentarios:

  1. Por supuesto, he leído esta nueva entrada con el canto gregoriano de los monjes de Silos de fondo ( http://www.youtube.com/watch?v=HwcG3mYo5Kk ).

    Son un poco machistas por no aceptar hospedar a mujeres (aunque en parte es comprensible). Debe de ser un lugar inmejorable para hacer una película de miedo.

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    1. En la primera entrada hacía un enlace con el Canto Gregoriano, pero de pocos minutos, para no hacerlo tedioso a quienes no disfruten de esta música. De todas formas, muy agradecido por este nuevo enlace que a mi si me gusta.
      Cuando nosotros estuvimos se comentaba que estaba en proyecto una hospedería mixta, pero que no se ha hecho. Lo se porque el amigo que me acompañaba ha estado de nuevo allí hace poco tiempo, preguntando por el hermano Moisés y se llevó la grata sorpresa (yo también) de que es el actual ABAD, quien lo atendió muy bien.
      Estando nosotros escuché excepcionalmente conversación femenina en el comedor, eran la madre y creo que una tía de un monje jóven que se quedaba allí. y las habían invitado a comer. Precisamente eran de Sevilla.
      Yo, defensor de la igualdad de derechos, entiendo que puede haber excepciones y esta puede ser una de ellas. También hay conventos con hospederías solo para mujeres.
      Sí, sería un lugar perfecto para rodar una película de miedo, sobre todo en una de esas noches nevando, pero también un lugar ideal para el estudio. En fín, para nosotros resultó una experiencia inolvidable.

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  2. Buena segunda crónica de tú experiencia en Silos, que pena que esto sea un pequeño blog pues me gustaría que siguieras.
    Espero que el padre Moisés siga con vida, para liberar a todo aturdido de la ciudad como rescato Moisés su pueblo ISRAEL de Egipto.
    Moisés (מֹשֶׁה) su nombre: Nacido de las aguas, seguro que esta dentro del personaje que nos narras.
    Saludos FAMYLI.

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    1. ¡Joé! que erudición con eso de Moisés traducido al griego.
      Pues claro que está vivito y coleando, si creo que es menos viejo que yo. Además se por mi amigo que es el actual Abad.
      Más que seguir con mi narración, lo que te sugiero es que te des una "vueltecita" por allí.
      Adiós FAMYLI.

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    2. Vaya FAMYLI, veo que he tenido un fallo de traducción y tomado por griego lo que debe ser hebreo,ya que es la lengua de tus supuestos antepasados del candelabro de los siete brazos, o menorah. ¿Es así?

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    3. Hombre este tipo positivo, donde lo ves es el que recogió las famosas tablas, esas tablas que al igual que mi cuna de nacimiento fueron los 10 mandamientos.
      Algo tendrá el destino de cada cual, el mío es (Mi maná es el día)
      Saludos FAMYLI.

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  3. Pues mira que eso de ir acojonado por el pasillo,,, te imagino pero también con un canto en tu cabeza.... tipo... en los tiempos de Viriato... ato... no existían guerrilleros... eros.. con valor ni mas coraje... aje... y claro cuando cuentas esta historia a mi también se me viene la peli.... En el nombre de la Rosa.

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    1. Esa canción de guerrilleros españoles me es muy familiar y que empleada al mando ¡DE DÍA! de una cuadrilla de niños, para hacerlos disfrutar con sus imaginadas aventuras, pero a mi no me hubiera enardecido en aquella situación.

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  4. Tio y no te has planteado hacer una nueva visita. Debe ser muy especial para ti volver y saber como el abad Moises lleva su aventura vital.

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    1. Si, tengo sumo interés en poder encontrarme de nuevo con el hermano Moisés, ahora convertido en el Abad. Precisamente estoy en contacto con mi amigo Paco Enrique,mi compañero de aquel hospedaje quién, acompañado de su mujer, estuvieron con él no hace mucho tiempo. Si hay ocasión, proyectamos una nueva entrevista en común.

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  5. Hola Manuel: Que recuerdos más lindos!. Que días más hermosos y llenos de bellezas y Paz. Espèro como te comentan?, que sigas con este blog!. Que belleza de fotos, (con la cámara de usar y tirar), pero como nos sirvió, para recoger esos momentos, las fotos, "aún con su baja calidad", muy "chuli", esa que estás con la nieve en la entrada de Santo Domingo como bién se ve, "chulisima", la de los monjes cantando su gregoriano también y muy bién tomada, al igual que la del huerto y portalón de salida, esa mucho mejor!, (claro como teniamos toda la claridad!). Espero y deseo que puedas visitar al Abad Moises y tener una linda charla, recordando esos días cuando él estaba de hermano hospedero, como mi mujer y yo la tuvimos con él hace unos meses y le prometimos volver!, espero que esa vuelta sea acompañado de tu presencia y podamos volver a saludarlo. Así que anímate y dimelo, para volver a visitar ese magnifico y encantador rincon de nuestra querida y bella peninsula. (¡El querer es poder, si quieres puedes!). Un saludo y hasta muy pronto... Tu siempre compañero de Aventuras..., Paco Enrique.

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    1. Desde luego que haré todo lo posible por asistir a esa segunda entrevista y estoy de acuerdo que querer es poder, pero es que no depende solo de mi.
      Gracias a la cámara que compraste y que tu llamas de "usar y tirar" podemos testimoniar nuestra estancia. La foto del portalón y zona de huerto la hiciste tu desde la ventana de tu celda, también me hiciste la que estoy en el cartel de entrada al pueblo, cuando regresabamos de la Yecla. Yo te hice la que estás bajo uno de los arcos del claustro. Acababamos de entrar después de comer y estabamos solos. Se ve prácticamente la silueta, pero es que está tomada desde la penumbra.
      Bueno, para que no queden en el "tintero", cuento ahora dos anécdotas con el entonces hermano Moisés. Como tenía un trato muy directo y afectuoso con nosotros y yo acudía asiduamente a deleitarme con el Canto Gregoriano, le pregunté de broma en una ocasión que haber si era en "play back". Me respondió con su habitual buen humor, que era totalmente real.
      Como algunos monjes no nos respondían a alguna pregunta, en todo caso con un gesto o con la mirada, tu le comentastes: Moisés, algunos de vosotros son unos "saborios" o "malajes", no recuerdo bien, pero seguro que uno de esos dos califícativos tan andaluces y te respondió que tendrían voto de silencio, como era habitual en un monasterio de esas características.
      Comprendo que el ahora Abad, no recuerde esto ni incluso a nosotros, después de todas las personas que habrán pasado por allí en estos 17 años, pero nosotros sí, pues fue una única experiencia, como comentamos el otro día. Como se trata de dos anécdotas con cierto humor y por supuesto sin mala intención alguna, he creido oportuno dejar constancia de ellas.

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  6. .
    Pues a ver si en una segunda visita a Solos le puedes hacer una foto a la famosa zorra.
    :-)

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  7. .
    ¡Vaya! se me adelantó el niño con la misma petición. También siento curiosidad por conocer, aunque sea en fotografía, a la zorra.
    :-)

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    1. Ignoro de que va el tema. Si se trata de alguna adivinanza, procuraré descubrirla.

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    2. Hombre... hombre..., claro. Inteligente petición a modo de adivinanza. Anoche me quedé dormido pensando en la solución y se conoce quedó grabada en el "disco Duro", así que cuando desperté la respuesta. Seguro que te refieres al más conocido Palíndromo de la lengua castellana: DÁBALE ARROZ A LA ZORRA EL ABAD.
      No te preocupes que si estoy con él (me encantaría) y tienen allí esa zorra alimentada con arroz, le pediré permiso al hermano Moisés en los tiempos de mi estancia, para hacerle una foto al animal y te la traigo. Te lo prometo, pues estoy seguro que el buen abad accedería a mi petición.

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  8. En primer lugar,darte las gracias.por las palabras que me dedicas,en respuesta al comentario sobre Sto Domingo de Silos 1.
    Comentar que a todos nos has transmitido el recordar el ambiente de "El nombre de la rosa" antes de que lo comentases.
    Y lo de las luces me ha parecido como muy avanzado para ellos ¿no?
    ¡ya sé que seria una forma de ahorro!.
    También ha debido de variar la fotografia de los monjes,aunque solo sea en otros rostros,después de 17 años!
    Otra sobre Moises ¿y no estaban por allí Miriam y Aarón?
    Solo he conocido dos personas con el nombre de Moises, y los dos rubios con el pelo rizado.
    Temino comentando, que seguro que el hermano (actual abad) era feliz,con ese tipo de vida,es algo que se elige..el podia abandonar. besitoss

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    1. Más que palabras elogiosas, eran un retrato de tu actitud ante la vida, siempre riente o sonriente, a pesar de las adversidades.
      Creo que no me falla la memoria y que las luces ya funcionaban así entonces. Sí, para ahorro de energía. Ten en cuenta el ORA ET LABORA, siguiendo el lema los monjes también sabían trabajar y dirigir.
      No, no vi por allí ni a Miriam ni a Aarón. Solo monjes y hospedados, además de público en horas de visita o libre asistencia a los oficios.
      Pues aquel Moisés, hoy el abad, no era rubio como los que tu has conocido con ese nombre, sino con abundante pelo negro. Deducción estilo Hercule Poirot: el color del pelo no condiciona el nombre.
      Besos.

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  9. Muy sugerente la estancia y todas las sensaciones que has vivido allí. Sensaciones que, por cierto, has transmitido muy bien a través de tu narrativa.
    Me encantaría pasar un par de días en ese lugar( no por motivos religiosos, por supuesto) pero debe respirarse una quietud muy motivante.La nieve es un punto a favor.
    Lo que daría yo por poder sentir ese temor, ese dulce miedo que tú percibiste en el claustro tenebroso. Lo dicho: un lugar perfecto para comenzar a escibir o, sencillamente, para imaginar.
    Un abrazo.

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    1. La experiencia es idónea para todo lo que expones. Te la recomiendo. También unas sesiones de Canto Gregoriano en al intimidad elevan el espiritu, a Diós o al Universo, dependiendo de creencias o no creencias y, por supuesto, el tiempo nevando hace vivir todo con mayor recogimiento.
      Gracias por tu comentario. Un abrazo.

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  10. Son las 6.30 de la mañana, yo como los monjes tengo que laboral,lástima que me falte la creencia de ellos para ser plenamente una abadesa.(en el fondo eso es lo que somos las amas/amos de casa).
    Unos días en el Monasterio serian una buena cura, lo tenia que recetar la Seguridad Social.
    Tu estancia en Silos tuvo la intesidad por lo que parece que los días en Nueva York. Sin duda los humanos somos gente muy rara, que podemos sacar todo el jugo a la vida en una sola semana según estemos de animos y donde sea la experiencia. Es como que de repente los días se estirasen, y más en el recuerdo.
    Volveras a Silos, estoy segura, aunque sea de visita.
    Un beso de tu sobri
    Consuelo

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    1. Sin duda, a veces la experiencia de una semana te deja mas huella que una larga temporada de vida rutinaria. En este caso algo totalmente diferente a la estancia de una semana en Nueva York. Asun y yo vinimos enamorados de la ciudad, porque nos fue muy bien. Pienso contarlo en el futuro.
      Cuando regresabamos de Silos nos pasamos por Torrelaguna para ver a tu madre, quien me dijo que se me notaba serenidad en el semblante.
      Sí, si me es posible pienso acercarme por allí, pero esta vez en plan de visita.
      Lo malo para mi es madrugar, se que para ti no lo es, pero en mi caso, más que sacarle provecho al día, se me haría eterno.

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  11. Manolo, nunca te ha pasado por la mente meterte a monje, y que te quiten lo bailao?

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    1. No, nunca lo he pensado, como ya lo he descrito, para soportar su disciplinada vida hay que tener una vocación religiosa de la que yo carezco.

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  12. Disciplinado como tú pocos , vocacional otro tanto,tu pareja tu siesta tu dominó...
    En lo de las creencias religiosas tal vez. Pero macho los monjes han perdido una buena voz.

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    1. Voz potente seguro, pero tan desentonada que lo mejor que hubiera hecho es solo mover los labios, como hacía en la Marina cuando se cantaba la Salve Marinera.

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