viernes, 4 de abril de 2014

De Albarracín a Sierra Nevada, 2 (2010)


Siguiendo el recorrido expuesto en la entrada anterior, partiendo de Albarracín, llegamos a Calpe en la tarde del día ocho de julio. Previamente, nos desviamos del trayecto para pasear en coche por las calles centrales de la siempre bella ciudad de Valencia.

Nuestro propósito en Calpe no pasaba de conocer esa turística y costera población alicantina, contemplar el imponente peñón de Ifach,  pernoctar y continuar hasta Elche a la mañana siguiente.

Como ya comenté en los capítulos dedicados a mi estancia en la Armada, en una navegación costera de ida y vuelta que hicimos desde Cartagena a Vinaroz, tuve ocasión de ver esa enorme roca. La cercana perspectiva desde el nivel del mar de sus más de 300 metros de paredones casi verticales, me resultó entonces aún más impresionante.


-ELCHE.- En esa populosa población establecimos otro "punto de partida". No hospedamos durante tres noches y visitamos sus lugares de mayor interés turístico, como, por ejemplo, el jardín botánico llamado el Huerto del Cura, su palmeral, el mayor de Europa y la basílica de Santa María, donde se celebra el Misterio de Elche, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. También el museo donde se muestran los diferentes objetos de arte empleados en esa obra sacra.

No voy a entrar en más detalles porque todo ello es de sobra conocido a nivel popular o fácil de consultar en cualquier guía turística. En todo caso, resaltar que coincidimos allí el día once de julio, cuando España consiguió por primera vez alzarse con el campeonato mundial de futbol ante Holanda. El ambiente resultó espectacular. La multitud, jóvenes de ambos sexos en su mayoría, se desplazaba envuelta en banderas españolas hasta la plaza del Ayuntamiento, en cuya fachada colocaron otra enorme bandera nacional y una gigantesca pantalla de televisión. ¡Que colorido! ¡Que pasión! ¡Que explosión de júbilo por el triunfo! ¡Que inolvidable noche!. Curiosidades de la vida: Nunca pude imaginar que su recuerdo para mi, siempre iría unido a esa ciudad. En realidad a ninguna, pues nunca pensé vivir ese triunfo.

Eso sí, como llegué algo tarde a la plaza y no conseguía un lugar cómodo para visionar el partido y lo estaba viviendo con pasión, me volví a un bar para reunirme con el resto del Grupo. Gracias a su atención no fui expoliado por dos…, dejémoslo solo en desaprensivos (aunque pienso otro calificativo más apropiado), que intentaron aprovechar que toda mi atención estaba puesta en el mismo. Seguro que con la euforia colectiva, al final encontrarían a la víctima propicia


-Isla de Tabarca.- Desde Elche nos desplazamos al puerto de la cercana población de Santa Pola, donde embarcamos en un catamarán para visitar esa pequeña isla muy próxima a la costa y única habitada de la Comunidad Valenciana.

Cuenta con un pequeño pueblo dentro de lo que fue un recinto amurallado, de tiempos de Carlos III, cuando fue repoblada con italianos redimidos procedentes de la isla de Tabarka, en la costa tunecina. Aún se conservan algunas puertas y restos de los muros. Tiene una extensión de unos 1.800 metros de largo por un máximo de 450 de ancho. La reducida playa cercana a la pequeña población estaba saturada de personas, pero encontramos otras calas poco concurridas, incluso solitarias, pero sin próximos servicios de hostelería. Las arenas son siempre oscuras, cuando no orillas pedregosas. Aún así, es un importante reclamo turístico diario en verano.

Por la tarde, mi cuñado y yo recorrimos la isla en su longitud. Caminamos tanto bordeando la costa como por la parte central. Su superficie es llana, sin árboles, pero cubierta de matorral. Nos llegamos hasta un fortín abandonado, que por lo visto se adaptó en su día para cuartel de la Guardia Civil.

Casi en el extremo próximo al poblado también hay un pequeño cementerio. A mi, de día, los cementerios, siempre me han causado un sentimiento de respeto, misterio y soledad, aunque siempre me han atraído desde un punto de vista histórico (en realidad en ellos todo es historia) más aquel, tan apartado y solitario, me resultó hasta tenebroso.


-El Castell de Guadalest.- Fuimos a ese pintoresco pueblo edificado en la montaña, incluso con alguna construcción en la cima de los riscos, atraídos por un popular programa de la televisión pública, donde daban pistas hasta llegar a descubrirlo. Su principal atractivo turístico son los numerosos museos de los objetos más variopintos. Demasiados diría yo. El de mayor interés para mi cuñado era el de motos y casualmente el único que estaba cerrado ese día. Además, nada más llegar, para poder aparcar en un despoblado público hubimos de pagar una tasa municipal de 4 euros, práctica que consideramos abusiva y desmotivó nuestro interés por la visita. Tampoco esa medida agradaba a los propios comerciantes del lugar.

El día 12 partimos desde Elche con destino a Jérez del Marquesado, pueblo situado al pie de Sierra Nevada. Durante el trayecto hicimos una detenida parada en Cartagena, para recordar mi etapa marinera. Capital del Departamento Marítimo de Levante, allí tenían la base las fragatas en las que permanecí dos años. Viví unos momentos nostálgicos y a su vez frustrantes como ocurre en estos casos, cuando compruebas que el tiempo todo lo cambia y que en sí mismo has dejado de ser el joven de aquellos años y ya te sientes un extraño recorriendo calles que en su día te resultaron tan familiares.


-JÉREZ DEL MARQUESADO.- (Así, en este caso acentuando la primera sílaba, como nos corrigieron los nativos nada más llegar). Curiosamente, también aquel pueblo nos atrajo por una información televisiva, en ese caso recordando los 50 años transcurridos desde 1960 cuando los vecinos contribuyeron de forma decisiva, a veces heroica, en el rescate de los tripulantes de un avión de las fuerzas aéreas de EE.UU., que capotó en la cima de la sierra cubierta de nieve.

Es un pueblo pequeño y apacible. Nos alojamos en un hotel rural, su ambiente nos resultó tan familiar y cómodo, que en lugar de una noche prolongamos a dos nuestra estancia y así aprovechamos para recorrer una vez más la abrupta y pintoresca comarca de Las Alpujarras granadinas.

Tampoco faltaron algunos recorridos urbanos por el cercano y monumental pueblo de Guadix.


-Las Alpujarras.- Viajamos a los pueblos más típicos de esa zona por el puerto de La Ragua. Contemplamos el profundo valle de Poqueira y nos paramos para disfrutar de los torrentes de aguas frías y encrespadas que fluyen impetuosos del deshielo en las cumbres.


El 14 de julio emprendimos el trayecto final hasta Sevilla, no sin antes hacer una detenida parada para desplazarnos por las orillas de la laguna de Fuente de Piedra (Málaga).

Según comentaba en la entrada anterior, junto a la de Gallocanta en la provincia de Zaragoza, forman el mayor humedal interior de agua salada de España, pero en este caso, en vez de concentraciones periódicas de grullas, se mantiene la colonia más numerosa de flamencos de la Península Ibérica.

Como de costumbre, aprovechamos toda la jornada de regreso a Sevilla para viajar, donde no llegamos hasta el anochecer.



19 comentarios:

  1. .
    De la zona de la Laguna Fuente de Piedra, provenía el mejor aceite de oliva que yo haya probado nunca. ¿Se debería acaso su extraordinario sabor a la brisa que producen los miles de flamencos al aletear y que alcanza los olivos, redundando en la calidad de las aceitunas?
    :-)

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    1. No tengo ni idea. También pudierase que abonen los olivos con los excrementos de esas aves, muy ricos en nutrientes orgánicos. Algo así como el guano.

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  2. Me ha encantado esta entrada porque conozco muchos de los pueblos que menciona. Me he apuntado el pueblo de Castell de Guadalest para informar a mis hermanos que hay un museo de la moto (son apasionados de ellas, cuando era pequeña me arrastraban a cualquier parte que apestara a gasolina y los vehículos llevaran dos ruedas).

    Las Alpujarras conviene visitarlas en otoño. Es increíble el contraste de colores que existe en esa fecha.

    Me ha hecho recordar el día que España ganó el Mundial de fútbol (me alegra que hijos de p*t* no consiguieran desplumarlo). Ese día tenía mucho trabajo. Pero no necesité ver el partido para saber cómo iba. La ciudad, completamente desierta, rugió con el gol de España. Y al término del partido, explotó en una algarabía que duró hasta altas horas de la madrugada.

    (Yo también sospecho que es más cosa del guano que del aleteo de los flamencos el sabor peculiar de ese aceite).

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    1. Me alegra que le haya gustado y que le sean familiares muchos de esos lugares.
      Por lo visto, el museo de motos del Castel de Guadalest es muy visitado por los amantes de ese mundo, como sus hermanos. Por eso el interés de mi cuñado en visitarlo en aquel viaje, ya que es también aficionado y usuario, cuando tiene ocasión, a las dos ruedas. Pero... ¡aquel día estaba cerrado!. No está en el mismo pueblo, pero cercano, próximo a la carretera de llegada desde Elche. Hoy día, no hay problemas de localización.
      Las Alpujarras me encantan. Las visité por primera vez en 1989 desde Pradollano. Luego en varias ocasiones más, pero nunca en otoño. Habrá que plantearselo.
      Dice el refrán que "la ocasión hace al ladrón". Aunque no estoy de acuerdo con el mismo ni con otros muchos, aunque arrastren la sabiduría popular (en este caso, sería como justificar la corrupción que padecemos), cierto que aquel día del partido, los "cacos", los H.P., seguro que tuvieron más de una ocasión propicia. Fuí afortunado al tener a mis familiares próximos a mi y menos "atontaos" por el partido.
      Ya he comentado a Sap., que cobra más sentido la teoría del guano. Bueno sería preguntarlo a los olivareros de los terrenos próximos a la laguna de Fuente de Piedra. Lo dejaré pendiente para otra ocasión o consultar a ver que me dice la Wikipedia, aunque la primera opción me parece más fiable.
      Muchas gracias.

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  3. Que recorrido más bonito realizaste. Me ha gustado la historia de la Isla de Tabarca.
    Fuente de Piedra la conozco, y dio la casualidad de que estaba llena de Flamencos rosados. Ese día visité también El Torcal, de Antequera.. Hasta el próximo viaje.

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    1. Supongo que en El Torcal visitaríais el parque donde un alemás tiene una manada de lobos en semi libertad.
      Nosotros hemos estado también recorriendo esa maravilla de la naturaleza en varias ocasiones. La última vez después de hospedarnos en un hotel rural en Alameda y viajar por la "ruta del Tempranillo". Merece la pena que os deis una "vueltecita por ahí"
      Pues hasta el próximo viaje.

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  4. Carrasco lo de Jeres del Marquesado, lo conozco bastante bien ya que incluso lo he sobrevolado en helicóptero en varias ocasiones debido a mi trabajo y teniendo que intervenir en varias averías de repetidores en cumbres de la zona.
    Lo que más me gusto es sobrevolar en circulo el castillo de la Calahorra, del cual Gregorio vecino del pueblo lo enseña los miércoles y viernes.
    Saludos FAMYLI.

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  5. Perdón pongo Jeres sin Z pues los lugareños quieren su nombre original, ya a la entrada del pueblo las señales de localidad las tienen pintadas con sprays con (S)

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    1. Cierto que todos los días se aprende algo nuevo. Nada sabía de eso de JéreS, ni recuerdo que nos lo dijeran.
      Aparte de esa población que también conoces, en la ruta hay otros sitios que te pueden venir bien para tus "perdidas" veraniegas.
      Montar en helicóptero es otra de las pocas cosas que me faltan por experimentar en la vida, aparte de subir en globo y eso otro. El ultraligero si he subido.
      Pues saludos FAMYLI. Hasta la próxima.

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  6. Pues todavía estas a tiempo (Del helicóptero y lo OTRO) de lo OTRO yo esperare de momento pero tu estas en tu plenitud de facultades Carrasco.
    Saludos FAMYLI.

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    1. Vamos a dejarlo como está. No estoy ya en condiciones de probar nuevas experiencias, que pueden resultar dolorosas o arriesgadas.

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  7. Ya en otras ocasiones lo hablamos lo de los cementerios. Sera hereditario pero me gustan también con respeto siempre. Y no pruebes manuel que el que prueba no vuelve......

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    1. A mi respeto y curiosidad histórica, pero solo ¡de día!
      Lo otro son ocurrencias de Jaguarfidel.

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  8. Que ilusión!!! Un viaje por tierras más o menos conocidas por mi (de las pocas)
    sobre todo el peñón de Ifach, debido a mi escasez de tiempo y economia, es la zona más factible de visitar. Como decia el Capitán Tán....en mis viajes por todo lo largo y ancho de este mundo....
    Cartagena tambien la conozco, me gustó mucho, fué en un viaje que hicimos
    a Santiago de la Rivera.
    Me parece alucinante lo de los cementerios!! Y es que a mi hermana y a mi nos apasiona leer los epitafios , nombres, fechas etc etc (creo que ya lo comente) los acompañantes se desesperan, Pero es que hay tanta información
    y tan interesante.
    hasta la siguiente.
    besos
    Sharon

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    1. Pues me alegro que la ruta te haya resultado familiar, al menos en la parte de levante.
      Cartagena si la conocí bien después de dos años de permanencia, siempre que la fragata estaba en puerto, pero como ya he dicho, los muchos años lo cambian todo.
      Siempre comento que los cementerios son historia en y como me gusta la Historia, siempre saco conocimientos de ellos. Por ejemplo, en el de Sevilla, en la parte no católica, hay un monolito con los nombres de cuatro noruegos victimas del bombardeo de un avión republicano a un vapor de Noruega en la Guerra Civil , cuando estaba cargando carbón en el Guadalquivir. Le hemos dedicado mucho tiempo a la averiguaciones a un hecho tan insólito, pues aquel país nada tenía que ver con nuestra guerra. Aclaramos casi todo, pero no el motivo del ataque, si fue intencionado por algún motivo o un simple error.
      En el cementerio judio hay epitafios conmovedores.
      Bueno, en la parte más moderna ya voy perdiendo curiosidad, porque abundan los de mi "quinta" y más jovenes.
      Besos.

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  9. Vaya, vaya, estas hecho un Tintin, ya solo te falta un Struppy. Bueno, la verdad, es que queria comentarte que hablas mucho de lugares pero poco de aventuras. Qué tanto salir, tantos kilómetros, tantos sitios diferentes, algunos lejanos de todo, otros llenos de gente, a la fuerza han tenido que traer alguna sorpresa. No todo me lo voy a llevar yo, que salgo 400 kilómetros y puedo escribir una saga sobre los sucesos que nos pasan, hasta sin salir del coche.
    Muy bonitos los lugares, todos me gustan, en todos quisiera estar contigo tomando una cervecita.
    Tabarca siempre me ha parecido isla pirata, y me parece que esta en un lugar muy lejano...es que siempre me recuerda a la isla donde vivia el padre de Pipi Langstrumpf.
    Besos de tu sobri

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    1. Bueno, aventuras, lo que se dice aventuras, tampoco es que tuvieramos, ni las buscábamos. En todo caso, como tu me decías "hombre record", siempre he procurado "pisar" el sitio más recóndito de cada viaje.Como anécdota ya conté, que cuando íbamos a Las Médulas, mi cuñado programó el GPS para el camino más corto y nos llevó campo a través. Vimos paisajes casi vírgenes.
      Tabarca también me sorprendió a mi. De hecho ni sabía que estaba allí y sí, si cuando no hay turismo en invierno, debe dar la sensación de isla pirata por sus fortificaciones.
      Besos.

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  10. Puedo corroborar tu entusiasmo en poner el pie en nuevo lugar. Es indudable que tu etapa marinera, aunque breve, te marco bastante. Será por aquello de los extremeños conquistadores de ultramar?
    Te queda algún paraje de España por visitar?
    Ah y perdona la perdida del hilo blogeril
    Julio

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  11. Sí, me queda bastante por conocer de España, aunque he puesto la "planta del pie" en las cincuenta capitales de provincia, ese reto lo cumplí
    No, mi etapa marinera no fue breve, fueron tres años y medio como profesional, dos de ellos navegando en una fragata (Aún sigo navegando, pero de otra forma), hasta el punto que me reconocieron como tal para el cómputo de vida laboral, a la hora de la jubilación. Y tanto, que aquella etapa me dejó su impronta. Estoy presente en varios blogs sobre la Marina de Guerra.
    Pues no pierdas de nuevo el rumbo.
    Un abrazo.

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