miércoles, 17 de abril de 2013

Monasterio de Sto. Domingo de Silos, 1


Por los motivos que anunciaba en un relato anterior, llegué al monasterio en febrero de 1996 pero, finalmente, no lo hice solo como había previsto; sino que me acompañaba un amigo (Paco Enrique) que acababa de superar una enfermedad crítica y había "renacido" con un acusado sentimento místico que, (no lo digo con ánimo peyorativo), lo decidió a sumarse a mi proyecto. Nos recibió el monje hospedero, el hermano Moisés, el mismo que tan amablemente atendíó mi previa llamada telefónica para la reserva de plazas. Él fue quien nos mostró las celdas, equipadas de forma sencilla pero confortables. Disponían de cuarto de baño y estaban dotadas de calefacción y de doble cristal en la ventana para combatir los crudos inviernos de la alta meseta castellana. Incluso había una especie de mesa de estudio con luz de flexo, para aquellas personas que se retiraban allí para hacer trabajos o estudios aprovechando la paz y tranquilidad del lugar. El hermano Moisés nos informó también de las normas de comportamiento que habíamos de seguir:

A.- Desde las diez de la noche, cada uno debía estar en el interior de su celda y en  silencio. Norma estricta que verificaban llamando por teléfono y colgando después de recibir respuesta.

B.- Era necesaria la puntualidad a la hora de las tres comidas y si, como excepción, algún día lo hacíamos fuera, era necesario avisar con la antelación suficiente.

C.- Corría por nuestra cuenta hacernos la cama y adecentar el aposento, con los artículos y utensilios de limpieza dispuestos en una estancia próxima.

Aparte de observar estas normas, éramos libres de entrar y salir a nuestro antojo. También podíamos asistir a sus oficios religiosos, donde entonaban el Canto Gregoriano, que por aquellas fechas era muy conocido a nivel popular, precisamente por el resonante éxito de los discos grabados por esos monjes bededictinos.

Como el viaje lo hicimos en el coche de mi amigo, aprovechamos los primeros días para visitar la comarca, por ejemplo Salas de los Infantes, Covarrubias, población con interesantes monumentos, considerada la Cuna de Castilla, y las importantes ruinas del Monasterio de San Pedro de Arlanza. Pero después, llegó un fuerte temporal de nieve que impedía o dificultaba la circulación, así que nos desplazabamos a pie por los alrededores.

Después del desayuno, en una de esas excursiones, nos llegamos andando al desfiladero del Parque Natural de la Yecla, que dista unos tres kilómetros del monasterio. Se trata de un angosto y profundo cañón con paredes rocosas, casi verticales, que en algunos tramos llegan a estrecharse casi hasta los dos metros y por cuyo fondo fluye un arroyo. Fijada a la pared más próxima a la carretera, discurre una pasarela de hierro, de unos seiscientos metros de longitud. Cuando llegamos, observé en la misma un reciente recorrido de pisadas de alguien que nos había precedido, que despertaron mi espíritu aventurero y decidí seguir adelante.  Mi amigo me siguió y comenzamos a avanzar agarrandonos a la barandilla. En algunos momento la ventisca nos azotaba con intensidad, sobre todo sentiamos el frío en la cara y las manos, pues aunque bien abrigados, no íbamos equipados con guantes ni pasamontañas, pero esa sensación, paradójicamente, en lugar de hacernos retroceder, nos causaba un efecto vigorizante y nos servía de acicate para terminar el camino. Por fin salimos de allí y mientras caminabamos de regreso, a pesar del tiempo, nos sobrevolaban numerosos buitres, pues existía una importante colonia de esas aves carroñeras que alimentan en comederos próximos, donde les arrojan los animales muertos en las granjas cercanas. Antes de llegar al pueblo nos encontramos con unos hombres, quienes nos preguntaron de dónde veniamos con aquel temporal de nieve. Enterados de nuestra  "hazaña", se quedaron atónitos y nos comentaron que si hubiéramos tenido algún accidente, no hubiéramos recibido socorro alguno, pues nadie iba a suponer en el pueblo a alguien recorriendo  el desfiladero en un día como aquel. Cuando le dije que alguna persona lo hizo antes, me respondieron que  entonces estabamos tan locos como quien nos precedió. La verdad es que, bien pensado, fue una temeridad.

Como no deseo hacer pesada la lectura y aún me queda tema por contar, lo haré en una próxima entrada, así que: Continuará..
.
P.D.  Las fotos son de escasa calidad porque mi amigo adquirió una camara solo para la ocasión, ya que olvidamos las nuestras en Sevilla. Por ello y por mi impericia en el manejo de la misma, me centré más en que saliera el ciprés en toda su dimensión, sacrficando la belleza de la perspectiva del claustro. 



23 comentarios:

  1. Muy bien, muy bien... que valiente!!!!! ya contaras el horario de ¨¨despierte¨¨ j j.
    Los pasos que seguiste quizás fuesen los de Dios,,, en esos sitios tan místicos quien sabe..... j.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No tan valiente. Quedará claro eb la próxima entrada.
      Yo no se de quien serían los pasos, pero lo que es seguro es que tenían forma de pisadas humanas.

      Eliminar
  2. Tío no serían pisadas del Yeti soriano.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Joé!. Pues me dejas "descolocao". Conozco bien Soria capital, sus pueblos, sus paisajes, las leyendas de Bécquer y las poesías de A. Machado, pero nunca había escuchado la existencia de un Yeti soriano. De todas formas no creo que llegara a las nieves de cercanías de monasterio de Silos. No cabe duda, eran humanas y el "andoba" calzaba un 46, o se deslizaba ligeramente.

      Eliminar
  3. Cómo me gusta ese monasterio y sus alrededores!
    No recuerdo si luego estuvimos contigo en ese parque Nacional, o fuimos solos con mi madre, pero no me olvido de la cantidad de buitres y esos despeñaderos.
    Qué ganitas tengo de tener dinero y volver a viajar por España.Vamos tiempo y dinero, para pasear sin prisas, comer bien y largas charlas de sobremesa, con una buena cama para rematar cada jornada.
    Un beso de tu sobri madrugadora
    Consuelo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Para mi fue una experiencia inolvidable.
      Supongo que iríais con tu madre, porque conmigo es seguro que no.
      Sí, viajar por la España interior y alejada de las bulliciosas zonas del turismo tradicional es una gozada. Eso es lo que, desde el verano del 2006 venimos haciendo, mis cuñados Gloria y Eduardo y mi mujer y yo. Lo contaré más adelante.

      Eliminar

  4. Tito no solo nos une la sangre también la aventura, espero saber de quien eran las pisadas en los próximos capítulos o si no invéntatelo para alucinarnos o dejarnos en lo místico.
    Mi ultima aventura 4 días en Holanda para correr la maratón de Rotterdam, nada no cambio esto: Alegría, luz y sin frío ¿se puede pedir más?
    Saludos FAMYLI.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me han dicho que las huellas serían divinas por la proximidad a un lugar santo, también del Yeti de Soria, que no tenía ni idea de ese "animalito", pero lo único que puedo asegurar es que tenían forma de pisadas humanas. Así lo dejo, para que cada uno imagine lo que prefiera.
      Que alegría participar en esas carreras. Si cuando yo niño hubiese la actual mentalidad deportiva, te aseguro que hubiera sido corredor de fondo. Era incansable
      Besos..

      Eliminar
  5. Hola Manuel, buenos días. Me alegro muchisimo de saber de tí y volver a encontrarte! gracias a este medio. ¿Ves como también tiene sus cosas buenas internet?. Espero que sigas muy pronto con la segunda parte de esta apasionante y extraordinaria aventura...., y mejor y más lindo viaje a esas tierras castellanas y en particular a ese "rinconcito" de Burgos tan bello que es, Sto. Domingo de Silos. También queria decirte que?, el monje y amable hospedero, el hermano Moisés, es hoy el Abad del Monasterio. Tuvimos la oportunidad y suerte de saludarlo, mi mujer y yo hace muy poco tiempo, (como tres meses). Le prometí que volveriamos en poco tiempo para regalarle el libro donde está publicada la experiencia que tuvo ese amigo que te acompañaba y que tuvo esa enfermedad tan critica y dificil de superar. "Renaciendo" como tu bién dices, con ese sentimiento tan místico!. Te apetecería volver a visitar al Abad del Monasterio?, el monje Moisés? y hacerle entrega de ese libro junto a tu amigo y compañero de aventuras?......, Un saludo y fuerte abrazo de tu siempre amigo..., Paco Enrique.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hombre...¡Claro que esta mañana fueron buenos días para mi!. También me alegra saber de tí y estoy de acuerdo con tu opinión sobre Internet. Si lees la entrada anterior verás que la dedico a mi tardía incorporación a este medio.
      ¿Que es de tu vida?. Espero tus noticias, pero claro, como es lógico, mejor por el correo. El mio lo puedes conseguirlo facilmente.
      Por otra parte, mira por donde puedes atestiguar, que cuanto he escrito y escribiré en el próximo y último capítulo, sobre nuestra estancia en monasterio, se basa en el realidad, como es mi pauta desde que inicié este blog iniciando la narración en mi época infantil. Por elemplo, cuando digo que mi amigo compró una cámara fotográfica de "circunstancias", sabes que me refiero a la que tu compraste en el pueblo, para así porder dejar constancia de nuestra vivencia.
      También me llena de satisfacción que sigas en contacto con el bueno del hermano Moisés y que este sea nada menos que el actual ABAD de una cominidad tan prestigiosa. No veo muy posible en estos momentos viajar hasta Santo Domingo de Silos pero, ¡claro que me encantaría!. Si no es así y tu lo ves de nuevo, le das un abrazo de mi parte. Siempre lo he recordado, como constará en mi siguiente relato.
      Entiendo que has escrito un libro, pues a ver como me puedes hacer llegar un ejemplar. Escolti, aunque sea pagando, eh..
      Un abrazo y hasta pronto.

      Eliminar
  6. .
    Lo importante es que en medio de aquella ventisca que azotaba a los insensatos paseantes a través del cañón, con la nieve por las rodillas y sujetos a inestables barandillas heladas... no se te hubiera olvidado llevar el bolígrafo en el bolsillo de la camisa.
    :-)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Seguro que no se me olvidó. En alguno de los bolsillos interiores portaría un bolígrafo, costumbre que vengo siguiendo desde que dejé la vida marinera y en la Marina no lo hacía porque no se permitía llevarlo al exterior del uniforme.
      Ya observaste y me lo hiciste saber, que también aparece hasta en la foto en que estoy contemplando el Circo de la Sierra de Gredos. Piensa que es una costumbre que puede llegar a ser útil. Por ejemplo, como vimos muchas cabras salvajes (¿Capra Hispánica?), supón que a mi cuñado Eduardo y a mi se nos hubiera ocurrido censarlas y además machos y hembras por separado, pués no hubieramos tenido que fiar de la memoria, sino hacer un ligero apunte en cualquier papel que siempre se lleva consigo.

      Eliminar
  7. Buén día Manuel. Como va esa segunda parte de la aventura del Monasterio de Silo?, supongo que casi terminada, cierto?. Estamos deseando de leerla y recordar esos momentos vividos y esa aventura que tuvimos, por esas tierras castellanas. Tu memoria es primorosa y recuerda muchisimas cosas. Si es cierto que compramos esa camara de usar y tirar?, pero gracias a ella, pudimos hacer esas fótos de baja calidad, pero ahí quedaron!!. Precioso el Cipres y esa instantanea nevada, paseando por esa pasarela del Parque Natural de la Yecla, (Burgos). Un abrazo y espero verte muy pronto. P.D. Ya hablaremos del libro?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si, la segunda parte ya está en "cartera", pero espero unos días para publicarla y no abrumar a los lectores.
      Un abrazo.

      Eliminar
  8. Que tranquilidad se debía de respirar en ese monasterio (imagino que en todos)por lo que transmites. Ya me gustaría tener en casa un hermano Moisés, que me dijese a las diez en tu habitación ja,ja.
    A mi también me ha pasado alguna vez tener que recurrir a este tipo de cámaras,vienen bien para recoger el momento.
    No se de quien serian las pisadas, pero seguro que no serian de aquel pobre y mísero que arrojaba las hierbas que no queria. Vaya friooo!! es lo único que me echaría para atrás. Besitos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Esa serenidad de caracter ante la vida ya la tienes dentro, como los demuestras por tu comportamiento día tras día.
      Si has leído las respuestas anteriores, sabrás que aquel buen monje hospedero que tanto nombro, es el actual Abad de tan prestigioso monasterio.
      No, aquel día no era apropiado para que fuera nadie delante arrojando hierbas, los únicos locos por el contorno eramos nosotros y, en todo caso, el que nos precedió, pero que no vimos.

      Eliminar
  9. Hola de nuevo Manuel. Me alegro muchisimo que pronto publiques la segunda parte de esa aventura tan mística y estupenda por esos entornos del Monasterio de Santo Domingo de Silos. (Burgos). Desde luego las pisadas en la nieve que nos precedia, por esa pasarela del Parque Natural de la Yecla. (Burgos), tuvo que ser de otro "loco", como nosotros?, (Dios tiene que querer mucho a los locos, cada día hace más!), pero lo cierto es que no le vimos y no nos llevaría mucha delantera?, cuando las huellas aún estaban fresca y no borradas con la ventisca de nieve, frio y "calabobos", como se dice por esas tierras que tu conoces tan bién del Norte de España, que teniamos encima. Por cierto Manuel, te acuerdas lo que le respondistes al hermano hospedero Moises, cuando nos preguntó y más a ti, que si estabamos en el Monasterio por descanso, por recogimiento espiritual??, te acuerdas de tus palabras?, ¿anda que si te coge la palabra el monje Moises?, te veo aún allí cantando Gregoriano y.....,?. Un saludo y abrazo de tu "compi". de aventura. Paco Enrique.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, sí recuerdo aquellas palabras. En realidad fueron por teléfono. Cuando llamé para reservar nuestras habitaciones en la hospedería, que luego resultó que llamaban celdas, el hermano Moisés me preguntó por los motivos de nuestra decisión de alojarnos allí. En principio no sabía que responder, pues como sabes, no me distingo por mi fervor religioso, así que lo que me salió fue decirle que yo no era hipócrita y que, en mi caso, no pretendía acompañarlos en sus oraciones, que en todo caso les podía ayudar a "fregar los platos o cavar el huerto", lo que el buen monje tomó con humor y me respondió que no era necesario, que allí se alojaban incluso agnósticos y que lo único que quería era hacernos saber que aquello no era un hotel al uso, que había unas normas que cumplir, las cuales expongo en el relato. Luego resultó que los acompañé en numerosos oficios para escuchar el Canto Gregoriano.
      En cuanto a que nos tildaron de "locos", yo he puesto que fueron unos hombres que nos encontramos, pero como sabes fueron los enterradores, pues entramos en el cementerio al regreso de La Yecla y, precisamente estaban sacando de una fosa en el suelo, los restos de una mujer fallecida justo 60 años antes, para enterrar por la tarde a su hija en el mismo sitio. No quise precisar este dato en la narración, ya que huyo de estos detalles tan poco agradables, pero bueno así sucedió y así lo expongo ahora. Recuerda que después de aquello regresamos al pueblo cabizbajos y meditabundos después de presenciar tan macabra escena y encima que nos tacharan de locos. Seguro que iríamos pensando: ¡Quién coño nos habrá mandado entrar en el cementerio!
      Pues nada Paco Enrique, como sabes, cuento lo que sucedió y creo que el "taco" es apropiado aquí para describir aquella ocurrencia.

      Eliminar
    2. Hombre, dejé la despedida en el "tintero". Un abrazo, pero que de tu parte no sea apretado, dada tu fortaleza.

      Eliminar
  10. Jajá, buenos días Manuel. Si es cierto todo lo que escribe y como lo redacta de bién. Y como bién dices, si que caminamos cabizbajo de recogida al Monasterio pensando en lo que presenciamos y vimos, la verdad que no fué nada agradable, despues del frio que traimos en nuestros cuerpos, por que motivo entramos al cementerio?, lo vimos abierto y para dentro, como si estuviera puesto en el guión de ese día de aventuras?, pero bueno al fin y al cabo otra experiencia más, cruda, macabra, desagradable, (por que no es grato a la vista, lo que vimos sacando de esa fosa). Si que te acuerdas bíen lo que le comentaste al hermano Moises, no me acordaba yo si fué por el tlf.?, pero si te toma la palabra, aún sigues allí cavando el huerto y fregando los platos?, jajajá. La verdad es que despues te comportaste como un buen "capillita" y estabas casi todo el tiempo escuchando las maravillosas y dulces voces de los monjes, en sus cantos Gregoriano, muchisimo más que yo!!, yo fuí más materialista y compré los discos?, jajajá. Un saludo y ese abrazo no de oso!. Hasta la próxima, aventurero!!. Paco Enrique

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo de fregar es posible, pero cavar...
      En una ocasión del día de Andalucía me dijeron porqué no cantaba (la verdad es que lo hago fatal). Respondí que la letra dice que hay que pedir "tierra y libertad" y que la libertad pase, pero y si me hacían caso y me daban una parcela y un AZADÓN, porque seguro que no me facilitarian un TRACTOR y yo no estaba dispuesto a cavar.
      Bueno, en breves días la próxima entrada. Espero que te guste.
      Un abrazo.

      Eliminar
  11. Sabes que está emocionante el relato?. En Cáceres nos comentaron, que en Guadalupe hay, también, una hospedería que está muy bien, tu la conoces?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No la conozco directamente, pero tengo unos amigos que se han hospedado allí recientemente. Hablaré con ellos y te comentaré aparte.Sé que se trata de un régimen diferente, concebido como hotel

      Eliminar