sábado, 27 de octubre de 2012

El fabulador del pueblo



Las tertulias familiares en las puertas de las casas y sus proximidades para tomar el ¿fresco? en los anocheceres de los calurosos días del verano, así como el interior de los talleres de los carpinteros y las fraguas de los herreros, durante las horas de faena de los días de lluvias torrenciales, cuando algunos campesinos quedaban ociosos al no poder acudir a los campos, eran los escenarios más apropiados y el caldo de cultivo idóneo, por las atención necesaria, para que los "fabuladores" dieran rienda suelta a la imaginación para su deleite y el disfrute de los contertulios.

Frente a la fragua de mi padre, próxima al domicilio familiar, solía haber una tertulia de hombres las noches veraniegas. Éstos aprovechaban para su acomodo algún carro estacionado o en espera de reparación. Entretanto los niños correteabamos y jugabamos por los alrededores hasta altas horas de la noche. Amparándose en la oscuridad, por la escasa iluminación del pueblo y conocedores de que algún hombre, para su mayor comodidad, terminaría agarrandose a los salientes de los yugos de hierro, algún niño atrevido untaba esa parte con la grasa del eje. Cuando alguien se impregnaba las manos con esa masa ya viscosa y enengrecida por el rodaje y muy difícil de quitar, los gritos y juramentos se perdían a lo lejos. Lo más suave que se podía escuchar era: Niñooooo, hijo de la gran putaaaaa. Grito que acrecentaba el disfrute del autor de la "facatúa" y de sus cómplices. Pero si en algún caso el causante era sorprendido, soportaba el castigo o reprimenda con estoicismo, pues era rarísimo que por entonces, un niño replicase a una persona mayor, aun cuando no fuera de su familia.

Esa reunión nocturna era frecuentada por el Tío Cano, buena persona, pero con fama de llevar la palma de los "fabuladores" del pueblo. (Los adultos se referían a él como el mayor mentiroso, así, sin más. Ellos sabrían). Después de tantos años solo persisten en mi memoria tres de las patrañas que le atribuían y divulgaban. A saber:

En una cacería recogieron a una perdiz a la que habían arrancado el pico con un tiro de refilón y nada, le injertaron otro de goma y el animal suguía comiendo, bebiendo y picoteando con toda normalidad. Para que vean los implantes que ya se practicaban en Extremadura años antes de nacer el "Doctor Milagro", el justamente afamado y admirable cirujano plástico de Valencia, Dr. Cavadas. ¡Manda huevos!.

Su "Amo", como así llamaban algunos campesinos a los propietarios de las fincas donde trabajaban, tenía un caballo percherón con unos cascos enormes, tan grandes, que en una ocasíon puso uno encima de una gallina que estaba incubando y el ave salió indemne del cobijo forzoso que le proporcionó el hueco de tan descomunal pezuña. ¡Venga yaaaa!

En una ocasión salió del pueblo antes de clarear el día (hora habitual de partida de los gañanes) con la yunta de mulas y los aperos de labranza y cuando llega a los campos de labor y va a comenzar la faena se da cuenta que ha olvidado los avíos de fumar. ¡Vaya día que me espera, pensaba!. Pero nada, a medida que avanzaba surcando la tierra se fue encontrando una petaca con tabaco, un librito de papel y un mechero. Supongo que el mechero sería de aquellos corrientes de mecha y yesca y no de oro. ¿Será cierta esa creencia popular de que hay días aciagos en los que lo mejor hubiera sido no levantarse y otros en los que todo te sale a "pedir de boca", como le ocurrió al Tío Cano aquella jornada.?

Hubo un tiempo en que pensé que estos personajes, admirables por su capacidad de inventiva, se habían extinguido con la llegada de los modernos medios de comunicación y entretenimiento, pero ¡que va!, aun perviven afortunadamente y además con futuro, lo sé porque conozco al menos dos de ellos a través de mis hijos, quienes en una ocasión me vinieron diciendo que uno de esos dos amigos suyos les había contado que un día buscando espárragos silvestres en el campo se había caído en una sima y que pudo salir trepando por un espigado ejemplar que crecía desde el fondo. Hombreee, tal vez el chaval tomó por espárrago a un palo de la luz.

Como parece ser que estos "cuentistas" acaban por creerse sus propias historias a fuerza de repetirlas, había en mi pueblo un antiguo herrero muy querido por mí, que había trabajado incluso con mi padre y que en este tipo de charlas tomó la táctica de dar a su gorra (boina) un giro de ciento ochenta grados desde la frente hacía atrás, para recordarse a si mismo de que se trataba de una patraña y no terminase creyendo lo que escuchaba. Sabia decisión que he pensado en personalizar y poner en práctica llegado el caso, por ejemplo cruzando la mano diestra al pecho al estilo de Napoleón.

14 comentarios:

  1. Muy entretenidos tus recuerdos de los fabuladores de tu pueblo, "patrañeros" eran los que conocí en mi lugar de nacimiento. Hubo uno, que mi hermano recordará, le llamaban "El trolas", estaba loco, era degenerado, alcoholico, bruto, y no había forma de hacerle entrar en razón. Por lo visto había estado en Rusia con la División Azul. Quien se iba a creer sus trolas? los amigotes del bar?
    Años después conocí a un aleman que habia estado también en Rusia y me hablaba de los españoles que conoció, y de lo valientes que eran, pero imposible, imposible imaginarme al Trolas defendiendo ni su vida.
    Besos de tu sobri

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    1. En este caso el hombre era buena persona. Le cambiado el nombre,tenía un mote que le cabreaba nucho cuando se lo decían. Un día, cuando yo tenía unos ocho años, un amigo mio mayor y ya con más malicia me dijo: Dile a ese hombre (pasaba por allí) Tio... y yo con toda mi inocencia se lo voceé. Me dijo de todo, menos bonito y luego se quejó a mi madre, quién me hechó una tremenda bronca.Vaya una tardecita que me hicieron pasar

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    2. ¿Querías comentarios sobre tu blog?. Tengo que decirte que cuando leo tu historia,que la he vivido en parte,me transporta a mi niñez, aunque como tu sabes, viví un periodo muy corto de mi vida en Campillo, me emociono porque mantengo en mi memoria mucha parte de tu vida y por supuesto la de tu familia que era la mia. Leo todo lo que escribes en tu blog con mucha atención y emoción. !!!!!!!!!!Me encanta!!!!!!!!

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    3. Gracias prima, aunque creo que la entrada prevista para dentro de unos días te resultará emotiva.

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  2. Muy buenas. Conozco tu blog por una sobrina tuya. Le he echado un vistazo y me gusta. Esta historia me recuerda otra. De niña creí que una tía abuela mía había sido concertista de piano. Me describía hasta los trajes que usaba. En toda su vida no llegó a tocar ni la flauta pero metiendo trolas era una artista. Eso sí, buenísima persona. Saludos.

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    1. Gracias y bienvenida. Sí, son personales admirables por su capacidad de inventiva.
      Si has leido otras entradas verás que simplemente se trata hasta ahora de vivencias infantiles y la descripción en parte de la sociedad de aquellos tiempos.
      Saludos

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  3. .
    Considero que la figura del fabulador, o más llanamente, la del rollista, la del trolero, es necesaria y hace mucho bien a las sociedades, que sin ella, perdería un ingrediente imaginativo muy adecuado para soportar la gris realidad.

    Mi último rollista favorito -Antonio "Sarpaso"- contaba que en su huerta, una mañana que allí se dirigió a regar, encontró a una cerda amamantando doce lechones dentro de una de sus calabazas.

    :-)

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    1. Muy bueno. Supongo que la cerda se comió,previamente, la pulpa de la calabaza para improvisar su zahurda.

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  4. Pues si son muy buenos esos personajes sin ellos apenas abría fantasías... tan necesarias! mi amiga Lucia tenia un barco pirata debajo de su casa enterrado con cofre del tesoro y todo!!! se bajaba por una trampilla de su habitación y era su secreto. y como se lo creía y todo, era maravilloso imaginar la de cosas que haríamos juntas desde su habitación sin saberlo nadie.
    No la creí pero si lo disfrute...
    Quizás el tiempo de estudio o castigos en su casa le enseñaron a entretenerse así.. ja ja

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    1. Así es, luego la vida se encargará de hacerte ver la realidad. Como decían mis amigos de Bilbao, después de un sueño maravilloso te despiestas con la mano dentro del orinal.

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  5. .
    Tuve un amigo llamado Miguel que a estas alturas debe ser venerado como maestro fabulador. Lo recordé en una entrada en mi blog:

    http://lavidaconestagente.blogspot.com.es/2009/11/la-posibilidad-del-prodigio-divagacion.html

    :-)

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  6. Para personaje fabulador,Juanito "el castaña" gran amigo de mi padre, más que eso, eran como hermanos de sangre.
    Recuerdo los besos que le daba a mi padre,y el CABREO que este se "pillaba".

    Una mañana le hizo creer a mi madre que se iba a Sevilla,ida y vuelta en su vespino (claro aquí se juntó el hambre con las ganas de comer)ella le dijo que diese muchos besos a todos, y que tuviese un buen viaje..
    Parece que estoy viendo a mi padre "doblado"de la risa.

    Tambien hizo creer a medio Aranjuez,que mi madre o sea su "cuña"
    cantaba de maravilla por "solea".

    Que te voy a contar a tí ¿no?

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    1. Que nostalgia. Apreciaba mucho a Juanito "castaña". También estuvo como de organizador de combates de boxeo.

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