Para el tradicional viaje
estival, mi mujer y yo (en adelante me referiré ocasionalmente como nosotros), optamos el presente año de
2018 por repetir un circuito en autobús organizado de nuevo por la empresa
turística Travelplan.
En esta ocasión nos decidimos por visitar
las llamadas Ciudades Imperiales: Budapest, Viena y Praga; viaje que, por
alguna razón, nos quedó frustrado tiempo atrás. El circuito también incluía
Karlovy Vary, ciudad checa de balnearios.
Quizás sea más clásico o habitual el
recorrido a la inversa, pero nosotros decidimos iniciarlo por Budapest, simplemente porque la llegada
estaba prevista de mañana y los otros vuelos arribaban avanzada la tarde.
Además, aparte de aprovechar la jornada, esa
opción nos permitía un contacto previo y oportuno con el grupo, evitando así
los problemas sufridos el año anterior en Roma por la desconexión con el mismo,
al llegar ya de madrugada al hotel, según expuse en la entrada de 7-1-18.
Comienzo ya sin más el relato del viaje
de la forma más resumida que me sea posible por no hacerlo tedioso, contando
solo los casos más relevantes, con el añadido de algunas curiosidades o
anécdotas. Aún así, fue tanto lo visto y escuchado, que precisaré de varias
entradas para ultimarlo.
Domingo,
22 de julio.-
En vuelo concertado por la empresa
turística citada con la compañía aérea polaca “Enter Air”, a las 12:00 horas
llegamos a Budapest procedentes del aeropuerto de Barajas, donde nos recogieron
para los traslados a diferentes hoteles.
Nos correspondió el Ibis Aero, donde nos
esperaba nuestra guía responsable y acompañante durante todo el circuito:
Leticia Mayor.
Leticia resultó ser una admirable mujer,
instruida y de trato afable. Nos facilitaba precisa información cultural
durante los recorridos y la forma de desenvolvernos en Hungría o la República
Checa con su diferente sistema monetario; florín o corona respectivamente.
Siempre respondía con agrado a nuestras
preguntas; siempre pendiente para evitar cualquier posible extravío. Además, en
los tablones de los hoteles, dejaba nota escrita de la programación y modos de
desplazarnos en transporte público por las ciudades.
Dispusimos de la tarde libre con cena
incluida a las 20:30 horas. Leticia negoció ese horario más cercano al
acostumbrado español, ya que estaba prevista para una hora antes.
Una vez aposentados, nosotros, como la
mayoría de compañeros, nos desplazamos en largo recorrido de autobús público al
centro, en este caso de la parte de Pest,
donde se ubicaba el hotel, no solo por aprovechar la tarde y conocer esa zona
de la ciudad, sino por alimentarnos, pues solo habíamos tomado un ligero
desayuno.
Regresamos
al hotel con tiempo suficiente para cenar.
Lunes,
23 de julio.-
Temprano desayuno en el hotel
en régimen de autoservicio, pero ya estaba el comedor atestado de comensales y
asistentes en pleno actividad.
En mi caso no encontraba café
descafeinado. Por lo visto allí no es habitual. Conseguí entenderme con un
empleado, quien me trajo de la cocina una taza con un poco de líquido negro,
supuesto descafeinado, que vertí en mi taza de leche.
Terminados los preparativos, nos
sentamos, mi mujer frente a mí. Me levanté un momento por olvido de azúcar y mi
mujer hizo lo propio por mermelada. Cuando llegamos a nuestros sitios no
encontramos nuestros desayunos. Supuse, o que me había confundido de lugar, o
que mi mujer lo había mudado.
Yo, a mi mujer: “¿Asun, qué has
hecho con las bandejas?”
Mi mujer: “¿Yo…? Nada, no las
he movido de lugar, sé lo mismo que tú”.
¡Resultó que con aquel ajetreo
y prisas, al verlas solas, los camareros las habían retirado intactas!
Vuelta a empezar con los
preparativos del desayuno, pero ya no estaba por la labor de repetir la conversación con un empleado para
conseguir otro descafeinado. Me limité a echar en la leche un sobre de lo que
fuera para cambiar de color y asunto concluido. Eso sí, ya con la precaución de
tener las bandejas bien asidas.
A las 7:45 nos recogió el autobús para
iniciar el recorrido, ya acompañados también por guía local como es preceptivo
en cada ciudad o monumento. En este caso, una mujer cuyo nombre no recuerdo,
pero sí que, aunque nativa, nos hablaba en un fluido y ameno español.
Primero
nos dirigimos a la otra orilla del río, a la parte más antigua de la ciudad, la
llamada Buda, que en su mayor parte está
edificada en una colina.
Empezamos por el barrio monumental del Castillo. Visitamos la representativa iglesia
de San Matías, conocida por otros nombres, entre ellos el de la Coronación, pues
allí fueron coronados Francisco José y Sissí. Muy cerca, se encontraba una gran
estatua ecuestre en bronce de San Esteban.
Desde arriba se pueden contemplar unas maravillosas
vistas de la ciudad, con el
magnífico edificio del Parlamento Nacional en la orilla del Danubio, situado en
la parte de Pest.
Junto a la colina de Buda se encuentra la de Guéllert, donde se levanta la estatua
que llaman de la Libertad.
Hacía calor, aunque esa mañana se había suavizado
por la lluvia, intensa en ocasiones.
Pasamos de nuevo a la parte de Pest para recorrer
sus lugares más emblemáticos, como la Plaza de los Héroes, aunque no tuvimos
oportunidad de detenernos y contemplar sus monumentales estatuas en bronce
erigidas en 1896, con motivo del milenario de la llegada de los fundadores de
la nación: 7 tribus magiares, como ellos se llaman a sí mismos, procedentes de
los Urales.
En Budapest son muy numerosos los
balnearios, baños y fuentes termales en algunas calles.
A continuación, pasamos a un barco atracado
en la orilla de Pest, donde nos recibieron con una copa de cava o refresco.
Brindamos en húngaro. Recuerdo que se decía algo así con Eguisigatra.
Después nos trasladaron a otro barco que
estaba a su lado y dimos un romántico y largo paseo por el Danubio. Pasamos muy
cerca del Parlamento y bajo algunos
puentes. El más famoso es conocido como de Las Cadenas, aunque también es muy
popular otro blanco que llaman de Sissí, emperatriz muy vinculada a la ciudad.
Retornamos al barco de origen donde
estaba preparado el almuerzo. Una vez terminada la comida, concluía la visita
programada.
Nosotros optamos por apuntarnos a una de
las excursiones opcionales y de pago aparte, según relato a continuación.
Parlamento.
Esa fue la primera visita concertada.
Impresionante y bello edificio, tanto en su exterior como por su decoración
interior, incluso con paredes o artesonados recubiertos de pan de oro.
Según la información de la guía, es el
tercer parlamento del mundo en dimensiones, tras los de Bucarest y Buenos
Aires.
Quizás por tradición, en la Sala de la
Cúpula, dos guardias con vistosos uniformes y solemnes giros custodian la
corona y demás atributos regios de San Esteban I, pues en realidad se trata de
réplicas. Los originales fueron trasladados al Museo Nacional.
En otra estancia, la guía nos mostró un
mapa de la Hungría anterior al final de la I Guerra Mundial. Alineada con el
bando perdedor, dos tercios de su territorio quedaron anexionados a las
naciones vecinas. Por ello, nos comentó que, cuando les preguntan con qué
países limita Hungría, responden que con sí misma.
Basílica
de San Esteban.
Continuamos en autobús para visitar esta
majestuosa basílica, considerada catedral, también situada en la parte de Pest.
Es el templo religioso católico de mayores dimensiones de Hungría.
Como simple curiosidad, añadiré que, en
la cripta está enterrado Puskas, quien fuera mítico jugador del Real Madrid.
Mercado
Central.
También en Pest se sitúa este importante
mercado. Hasta allí nos llevó el autobús y se despidió la guía local. Fue
entonces Leticia quien nos fijó un tiempo libre y nos informó sobre los
productos tradicionales, como embutidos y patés. También encontramos vinos
húngaros que desconocíamos. La planta de arriba estaba dedicada a artículos de
regalo.
Reunidos en el punto de encuentro,
caminamos hasta el autobús para retornar al hotel. La cena no estaba incluida
en la segunda noche de estancia en cada ciudad. Cenamos por nuestra cuenta en
un pequeño y acogedor restaurante junto a la recepción del mismo, que disponía
incluso de terraza y zona ajardinada. Terminaba así la visita turística a
Budapest. Preciosa ciudad.
Continuará.
Carmen Gimenez (Carmela, amiga mi sobrino Manolo)
ResponderEliminarContesta en Facebook. Le encantó ese viaje. Lo hizo en 1992.
Gracia Sachez. Por Facebook 15-9. Decía que se alegraba.
ResponderEliminar16-9. M. Ángeles Medina (mujer sobrino Juanlu). Lo ha vivido con leerlo.
ResponderEliminarLe contesto por el mismo medio.
16-9-18 Antonio Rubio Ruano también me comenta por Facebook, que ha leído y leerá con interés estas entradas, porque tiene pendiente de hacer este viaje.
ResponderEliminarMi prima Casi me contesta en Facebook. Hizo ese viaje con sus hijos el año que se había inundado Praga.
ResponderEliminar116.9.18. Mi hija dice en Facebook que comentará en el Blog.
ResponderEliminar18-9-18 Por Facebook. José Luis cuevas Espinosa comenta que hicieron ese viaje en 2008.
ResponderEliminar!7-9. Sobrina Charo. Facebook, deseando leerlo. Contestará en el blog.
ResponderEliminarRespondo en estos casos.
Interesante como siempre.
ResponderEliminarSissí ,que bonitas pelis y que imágenes de palacios y que belleza debe ser todo aquello, ahora con tu relato se hace más real y vuelvo a esa época ji ji.
Respecto a las bandejas habiendo tanta gente pues normal, no miran, solo ven mesas vacías y rápido recogen para otras personas. Menos mal que como dice tu amigo gratis cueste lo que cueste y te costo otro viaje a pedir pero nada más que sino menuda gracia.
No quería entrar pero es que... Hungría limita con Hungría y dentro de poco Cataluña dirá lo mismo jua jua.
¿Pukas, En una Catedral? No se no pega, me gustaría entender el porqué.
Besos.
Gran Viaje.
No lo entiendo así. Solo Asun y yo nos sentamos en aquella mesa, Las bandejas intactas con el café humeante. Es una total falta de atención. Bueno lo tomamos como cosa divertida.
EliminarNo sería el mismo caso. Esos límites serían con el mar, Framcia y España.
Yo tampoco entiendo ese enterramiento, hija. Puskas fue un jugador admirado y querido tanto en Hungría como en España, pero para terminar en una catedral. Bueno, en realidad. no está dentro del templo, sino en una cripta.
Si gran viaje.
Besos.
19-9-18. Mi sobrina Eva también comentó en Facebook.
ResponderEliminarBuenos días desde los madriles. Ayer comentamos la prima Charito y yo sobre tus viajes y manera de contar tus experiencias. ..da gusto leerte y escucharte .
ResponderEliminarYa sabes comenté esta última entrada ...y que mi larga respuesta se perdió por esos mundo se.
Te podrías ganar la vida como reportero de viajes...la memoria y los detalles . Lo que sabes!
Estos días en Madrid parece que te llevo a la vera. .hay tanto que ver y tiene tanta historia esta ciudad. Ahora mismo veo desde aquí los balcones de la casa de enfrente ...me parece que se va a levantar la persiana y Galdos me va a dar los buenos días.
Es asi...todos los viajes y lugares tienen sus rincones maravillosos, secretos, únicos...pero si habas el idioma del lugar que visitas entonces el disfrute es al cuadrado.
Un beso de tun sobri
Seguro que yo también hubiera disfrutando ese Madrid galdosiano, autor cuya admiración compartimos.
EliminarBueno, en realidad, no hay que fiarse en todo de la memoria. Tomo mis apuntes previos. Para eso me regaló Asun unos útiles de apuntes.
Cierto que dominando el idioma del país, el disfrute de la visita se acrecienta, pero bueno, teníamos excelentes guías y cuando estábamos estábamos solos un chapurreo de inglés. También se encontraba a alguien que hablaba algo de español.
Besos.
Ya estoy aquí!! (en estos mundos de las redes) Primero comentar que me han "pillado" algunas opiniones sobre tu relato,(pero todo queda en casa) No puedo (ni quiero) evitar, sentir que estoy a tu lado viviendo tus experiencias y es gracias a tu forma de transmitirlo.
ResponderEliminarCuando oigo hablar de esos paises, es verdad que viene a mi mente Sissí y su historia.
También me ha sorprendido lo de la colina de Guéllert y "su" estatua de la Libertad. A la vez de que esté la tumba de ese gran jugador como fue Puskas en esa catedral.
El Parlamento me parece precioso y las fotografías muy bonitas.
Pues nada.....un aplauso a tu labor.
Besos
Sharon.
Gracias por tus palabras, sobrina.
EliminarLa verdad es que, para comentar sobre esa llamada "Estatua de la Libertad", habría que entrar en entresijos políticos de la II Guerra Mundial, algo que no voy a hacer aquí.
Precioso viaje, que me gustaría conocer que lo hacéis, o bien otro similar. Os lo merecéis.
Besos.