Desde la tarde del día 8 a la mañana del 11 de julio del 2008, repetimos
El Grupo la estancia en el pueblo
zamorano de Fermoselle para gozar de nuevo de las apacibles tertulias nocturnas
hasta la madrugada, sentados en las terrazas de los bares-restaurantes de su
Plaza Mayor y proximidades, así como conocer con más detalle el Parque Natural de Los Arribes del Duero,
que tanto disfrutamos el año anterior. Después seguiríamos nuevas rutas,
algunas programadas y otras a la aventura.
Durante una de las paradas en nuestros recorridos diarios, junto a la
presa del embalse de Almendra, en la provincia de Salamanca, uno de los de
mayor capacidad de España, tuvimos la oportunidad de contemplar el vuelo en
planeo circular de una pareja de cigüeñas
negras, aves de escasa población y esquivo comportamiento. Anidaban en los
roquedales del cañón de Los Arribes, siempre alejadas de la presencia humana.
Para variar, en aquella ocasión embarcamos en el catamarán que parte del muelle de Miranda do Douro y que navega en dirección norte, a la inversa que
hace el de la orilla española de Aldeadávila de la Ribera. También nos pareció
espectacular el panorama del cañón del Duero por esa zona, aunque tal vez algo
menos agreste que el contemplado el año anterior.
Terminada la singladura y amarrada la embarcación, los tripulantes nos
sorprendieron con una exhibición de un
búho real. El ave, amaestrada, volaba de uno a otro mediante llamadas y
señuelos. La señorita que nos sirvió de guía, que aparece en la foto con el
animal posado en su brazo protegido por un guantelete, nos informó que ese tipo
de actuaciones estaban prohibidas en Portugal, pero aquel búho había nacido en
España y como “ciudadano” español, le aplicaban nuestras leyes, más permisivas
en estos asuntos. Puesto que el animal parecía bien cuidado y “feliz”, no
tuvimos más remedio que reírnos y tomar la situación como una anécdota esperpéntica.
En Fermoselle, donde residía, conocimos al dueño del otro catamarán que
parece que completaba ese tipo de embarcaciones turísticas por la zona, pero de
mucho menor tamaño, solo 16 plazas. Además, en ese caso, el itinerario, la hora
de partida y el precio se podía pactar previamente con el mismo, en función del
número de pasajeros. Nos comentaron también que, por las reducidas dimensiones de
la embarcación y el conocimiento del patrón, se podía acceder a los lugares más
recónditos. Estuvimos tentados de apuntarnos a esa nueva expedición, pero
finalmente desistimos por considerar que ya teníamos suficiente con nuestras
dos navegaciones.
Viajamos hasta Zamora, ciudad
monumental, histórica y muy limpia. También nos llegamos a uno de sus
principales pueblos: Toro, donde visitamos su colegiata y paramos para bien
comer y a precio razonable en uno de los numerosos restaurantes con terrazas en
su bella y porticada Plaza Mayor. Municipio también conocido por sus afamados
vinos.
El día 11 de julio continuamos la ruta con destino a Las Médulas,
pedanía del municipio de Carucedo, en la provincia de León, donde previamente
habíamos reservado hospedaje para dos noches. Nuestro proyecto era recorrer las
minas de oro a cielo abierto de su entorno, explotadas en tiempos de los romanos,
consideradas Monumento Natural y declaradas Patrimonio de la Humanidad en
1997.
Añadiré como anécdota que, ya avanzado el trayecto, mi cuñado, Eduardo,
programó el GPS con la opción de la ruta más corta. Obediente el THONTON, que
esa era la marca del aparato, nos llevó campo a través, creo que por
caminos forestales o cortafuegos. En todo el trayecto, solo nos encontramos con
alguna colonia de niños que parece que estaban de campamento, quienes miraban
atónitos como circulaba por allí un coche con matrícula de Sevilla.
La parte positiva de aquel camino es que pudimos contemplar un bello paisaje, casi virgen. La negativa
es que, ocurrió como es frecuente en esos casos, que la ruta más
corta no se corresponde con la más rápida. Por lo que, aun enlazando al
final con una carretera principal, hasta avanzada la tarde no llegamos al
primer pueblo con servicios de restauración: Casaio, en la provincia de Orense.
Naturalmente, a esa hora no encontrábamos donde comer. Afortunadamente, en el
Bar Restaurante CALVI (expongo el nombre como recuerdo y agradecimiento) se
apiadaron de aquellos cuatro locos famélicos y nos prepararon una comida
de circunstancias, a base de productos de su propio huerto y algunos fiambres o
huevos fritos. Incluso la persona mayor de la familia, un venerable señor de
unos 90 años nos quiso conocer porque hizo la "mili" en Sevilla.
Hasta nos ofreció una botella de orujo casero. Fueron muy amables con nosotros.
Finalmente, al anochecer de ese mismo día alcanzamos la meta de nuestra
segunda etapa en Las Médulas, comarca del Bierzo (León).
Una vez llegado a este punto compruebo que, por más que quiera resumir,
queda mucho por contar de aquel largo recorrido, en consecuencia, para no hacer
tedioso el relato, he decidido dedicar ésta y las dos entradas siguientes al
mismo, conforme a las tres paradas fundamentales en que lo dividimos.
Hombre, buen viaje y bonita anécdota eso de comer a base de lo que te pongan y dejarte hacer junto con buena tertulia es una maravilla.
ResponderEliminarRespecto a el búho real, me trae recuerdos.. en una clínica veterinaria que trabaje traían muchos tipos de animales del castillo de las guardas, aparte de los típicos caseros. y los búhos reales los vi bien de cerca e imponen... de hecho la mujer de un veterinario que estaba ahí se llevo un ¨garrazon¨ en la cara que casi pierde un ojo! gracias a .....(llamarlo x) yo los trate, toque, cure, cuide y no me paso nada peligroso y si lo disfrute muchísimo.
Por supuesto que fue un inolvidable viaje, del que queda mucho por contar. Tiempo al tiempo,,,
ResponderEliminarCuando vivíamos en Bilbao, un amigo mío siempre decía de alguno en ocasión propicia: Se fija mucho, como los búhos, pero no aprende.
.
ResponderEliminarSegún mi cuñado el ornitólogo, el búho español se distingue del portugués en que el primero intenta zapatear con las garras cuando escucha "El Porrompompero" de Manolo Escobar.
:-)
Pues si lo dice tu cuñado, una autoridad en ornitología, seguro que es así. No tuvimos ocasión de comprobarlo, pero ahora que lo comentas, recuerdo que escuchábamos de fondo una música de fado y el búho ni se "coscaba".
EliminarCada vez que leo Fermoselle, no puedo evitar trasladarme mentalmente a Francia, me parece mas el nombre de algun pueblecito frances.
ResponderEliminarY sobre el buho, no se si le pareceria bien ser considerado ciudadano español, para esos menesteres.
He visto algunos , en mercados medievales y realmente imponen
Interesante viaje, y bonitas "fotos" la ultima me gusta mucho.
besos Sharon
Coincides con mi sobrina, tu prima Consuelo, en que Fermoselle suena a nombre de pueblo francés, pero os aseguro que es muy, pero que muy castellano.
EliminarEn cuanto al búho, no se, ya digo que parecía feliz. Tal vez porque le resultaba más cómodo que lo alimentaran sin necesidad de pasarse noche tras noche posado en la rama de un olivo, esperando la oportunidad de cazar a un incauto ratoncillo. Hay que pensar también en el inocente ratón.
Sí, la última foto la tomó mi cuñado Eduardo, cuando ya salimos a la "civilización", aunque todavía rodeados de vacas.
Un viaje parecido cuando estuve por los fiordos Noruegos vendiendo turrón y trayéndome salmón, pero es en un clima mas llevadero y un aire típico Ibérico.
ResponderEliminarEn Noruega seguro que no te comes esos huevos con fiambres.
Saludos FAMYLI.
Pues ya me gustaría conocer los fiordos noruegos a pesar del frío.
EliminarSupongo que el negocio del turrón en Noruega te haría rico y si luego añades el trueque con el salmón, seguro que la operación sería completa. Bueno, pues ya lo celebraremos.
Un abrazo.
Efectivamente hay que tener cuidado con el navegador, sobre manera en el campo.
ResponderEliminarLa cartografía no suele ser muy exacta y si te fias en demasía, puedes acabar en un precipicio.
Muy buenas aventuras. Por aquí al muy atento, pero que no se entera de la misa la media le catalogan de mochuelo. Te lo apunto por si en algún momento haces un listado taxonómico de homo-pájaros.
Aprovecho el foro para felicitaros las fiestas y que lo soportéis con estoicismo.
Julio.
Bueno sí, está muy extendido eso de búho, aunque tal vez más lo de mochuelo, por ser un ave frecuente en nuestro entorno. Ambas son muy "fijonas" y hasta se dan la vuelta a la cabeza. El mochuelo mucho menor de tamaño. ¡Cuanto sabemos de ornitología noctambula!,
EliminarSiguiendo tu deseo soportaremos estas fiestas con estoicismo, pero sin que falten unas buenas dosis de "epicureísmo".
Un abrazo-