Mi primer contacto con la lengua inglesa se
remonta a la ya lejana época en que yo era un niño de unos 6 años y vivía en mi
Extremadura natal. Tenía un tío en América, no en el sentido figurado y banal
que tanto se empleaba. En mi caso era una realidad. Un hermano de mi madre
(Enrique), vivía con su familia en el Estado de Nueva York.
Esa familia, en algunas ocasiones, nos enviaba
paquetes con diferentes obsequios, y en ellos incluían algún almanaque con
bellas ilustraciones que llamaba mi atención. Claro está, los días de la semana
y de los meses figuraban escritos en inglés, incluso los primeros en
abreviatura. Yo los memorizaba y los recitaba de carrerilla a mis
amiguitos, presumiendo de saberlos en ese idioma, al que yo seguramente
llamaría "americano", porque escuchaba que venían de América. Los
pronunciaba tal como suenan en español. Además creía que el SUN. correspondía
al lunes y no el domingo como es en realidad, pues para mí lo lógico es que
siguieran el mismo ritmo de recuento semanal que en español. Bendita inocencia
aquella, cuando descubrí que en el mundo, no todas las personas hablaban como
yo.
Pero esa simpleza permitió que me interesara
por aprender precisamente ese idioma, aunque eso no era posible entonces en mi
pueblo, pues a pesar de que no se trataba de una aldea (lo habitaban unas 5.000
personas), contaba solo con escuelas públicas para párvulos y enseñanza
primaria, pero entonces España arrastraba todavía las secuelas de la Guerra
Civil y no se podía permitir pagar profesores de idiomas en ese tipo de
instituciones. Por eso, aquel interés solo quedó en uno más de mis sueños
infantiles.
Tenía ya 19 años y estaba como alumno en una
escuela de especialistas de la Armada, cuando intenté en serio y por primera
vez aprenderlo. Me apunté a un curso por correspondencia en el Instituto
Americano, desde donde me enviaban las lecciones escritas y unos discos blancos
de ¡plástico flexible! para las sonoras. Discos que conservo y que ¡aún
funcionan! después de 50 años. Pero a los pocos meses hube de abandonar el
aprendizaje, porque los estudios profesionales no me dejaban el tiempo libre
suficiente y más, teniendo en cuenta, que a corto plazo me destinarían a un
buque de guerra y por lo tanto, la dificultad para continuar sería aún mayor.
La segunda tentativa tuvo lugar, cuando yo
pasaba de los treinta años y vivía en Bilbao. Mi empresa, productora de aceros
especiales, me subvencionaba unos cursos de inglés en la Academia Assimil, para
hacerme cargo de la adquisición en Holanda de un producto complementario a los
nuestros y que veníamos comercializando en España, pero al final no resultó
rentable, por lo que se abandonó su venta y finalizaron mis clases. Fue una
pena, pues mi compañero responsable de la venta lo hablaba con fluidez. También
lo hablaban en el Departamento de Exportación de nuestra empresa matriz, además
de otras lenguas, o sea que, hubiera tenido la oportunidad de practicarlo de
forma asidua y llegar a dominarlo. En cambio, con el tiempo fui olvidando
prácticamente todo lo aprendido.
Como último intento de recordar y avanzar en su
conocimiento, llevo asistiendo a los cinco últimos Talleres del programa del
Aula de Experiencia, de la Universidad de Sevilla según comentaba en una
entrada anterior; los dos primeros impartidos por Felicia Coffey, excelente y
simpática profesora natural de Boston y los tres últimos por Chris Gesthuysen,
londinense y residente en Sevilla desde hace 17 años, por lo que posee un
perfecto dominio del español, hasta en su variante andaluza.
Chris es una mujer encantadora, cariñosa y una extraordinaria profesora
(Teacher) que ha conseguido formar un grupo bien avenido y un ambiente muy
agradable en la clase. Como la mayoría de los alumnos de esta zona de España no
pronunciamos las eses del final de las palabras y en inglés es imprescindible,
nos tiene una "guerra" declarada que yo creo de antemano que la tiene
perdida, por más que utilice como recordatorio unas serpientes de plástico de
colores, que cuando las manipula se ondulan amenazantes y nos repite una y otra
vez Sssss… Sssss... Yo lo consigo en parte, porque por los años que viví por la
provincia de Madrid y en Bilbao, cuando me mentalizo me fluyen sin mayor
esfuerzo, pero por ejemplo, como dice una querida compañera: ¡Ojú!, a mis años
y viviendo en Triana desde que nací yo, por más que lo intente, nunca lograré
pronunciar las esesss finalesss. Sí, creo
que ni amenazándola con serpientes vivas.
Por otra parte, los mayores somos a veces tan
alborotadores y charlatanes como los niños, por lo que a la pobre Chris
la hacemos ponerse en jarras y desgañitarse repitiendo una y otra vez: Remember
me! (¡Echadme cuenta!) Listen to me! (¡Escuchadme!) Be quiet
(¡Callaos!). Lo consigue, pero cuando estamos a punto de agotar su admirable
paciencia o provocar su afonía.
Tengo claro que a estas alturas de mi vida,
con unos cursos de horas limitadas, sin la práctica constante y con la
capacidad de compresión mermada a consecuencia de la mente algo
"oxidada" por el paso de los años, esa será siempre mi asignatura
pendiente, aún así, mientras lo permitan mis facultades, no pienso
abandonar los estudios, aunque sea por seguir gozando de nuestras divertidas
clases, porque siempre se aprende, aunque sea a leerlo con cierta dificultad,
por la reunión y por las gratas comidas de hermandad que ocasionalmente
celebramos.
Pues nada, a continuar. El próximo día 8 pienso
asistir al nuevo Taller
¡Gracias a Chris y a mis compañeros!
P.D. Una mención para
John, hombre simpático y pareja de Chris, a quien sustituye en alguna ocasión.
.
ResponderEliminarSeguramente, al lado de la de Miss Chris, la paciencia del santo Job debe ser cosa de risa.
Don't worry, keep learning.
:-)
Desde luego que despliega una paciencia admirable, pero tiene su compensación: Todos la que remos mucho y sentirte apreciado en la vida es de mucho valor.
EliminarYes, I´ll continue learnig.
Tu sigue con tus estudios que algo queda.
ResponderEliminarLo mio es peor, el aleman es un idioma que parece más dificil cuanto más lo estudias.
De las cartas que llegaban a casa cuando era pequeña, las que me dejaban encantadas eran las de el amigo de mi madre, Fernando, que vivia en Bélgica, esas felicitaciones de Navidad, las tengo grabadas.
Los buenos ratos que tienes que pasarte en clase, eso tiene que ser para hacer un documental de lo más divertido. A mi en mis cursos de aleman me tenian que mandar un poco de seriedad, porque me partia de la risa. Es que los humanos parece que al hablar otra lengua nos transformamos. Y lo que he notado es que al hablar en otro idioma somos muy directos, vamos al grano.
Ahora me estoy acordando que en Heidelberg, cuando estuvo hace poco Carmela, descubrimos un bar español que se llamaba "Al grano".
Tu sobri
Consuelo
Pues ya el próximo día ocho comenzamos las divertidas clases y sí, es cierto que siempre se aprende algo, aunque no lo practiques asiduamente. Además, las horas de clase encajan perfectamente con mis biorritmos, son de 12 a 13.30 y cojo el autobús en la puerta de casa, o seo que no tengo que madrugar.
EliminarYo recuerdo también en Heidelberg un bar que ponia: Tapas.
Aquí tenemos uno que se llama el ¡Venga, Venga! y otro el ¿Echate p´allá".
No hace tantos años que vi a Fernando en Campillo y estuve con él en su casa, es posible que ya no esté con nosotros.
Besos.
Como recuerdo a mi padre contando historias sobre su tio Enrique¡ de America! parece que le estoy viendo en una fotografia con un abrigo larguisimo, como Edwar G. Robinson.
ResponderEliminarEstoy segura que no podria asistir a tus clases, tendrian que echarme al pasillo,
de la risa, que no podria evitar.
Vaya grupito!! y que aula tan "chuli", os hacia en pupitres.
Tambien es una de mis asignaturas pendientes, Pero como dice Elsa ¡abuela , esos tienen la lengua de otra manera!
Besos Sharon
Sí, estaríamos muy "monos" con nuestros años, en pupitres y cubiertos con babis.
ResponderEliminar¡Que no es el aulaaaa!. ¡Que es un restauranteee!
Muy ocurrente el comentario de Elsa. Creo que lleva razón.
Hombre... el tío Enrique. Coincidencias de la vida, aparte de su mujer, hija, yerno y nietos, yo fui el último que lo vi con vida. Un día de 1967 estaba en Sevilla en casa de su hija, venían de un bautizo, se vino él con su mujer (la tía Julia) a una sala para estar conmigo y esa noche le dio un ataque al corazón y falleció. ¡Que triste!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMuy bien, siempre aprendiendo. y si el ingles también opino que saber ingles fluido seria una maravilla.
ResponderEliminarPero yo hablare con mi amiga Botella y me enseñara ingles rapidito y sin complicaciones tomando un cup cafe in the Plaza Mayor sin problem. EH????? ja ja ja .
Ya veo que dominas el spanglish. Yo en cambio pretendo dominar british Oxford language, pero ya veo que no lo conseguiré.
ResponderEliminarEs que me parto!! "Are you sure?" tambien me falla la vista, ¡es que nunca he visto un aula de setentones!! ¡es bromaa!.
ResponderEliminarTell me something about school, Has visto como domino??
besos Sharon
Of course, I´m sure!. Don´t you see the botle of wine on the table?.
EliminarPlease !. We ´re sixtieth, not seventieth.
Wouu, not school. It is the Seville University.
Big hugs!
Que rápido eres!! Muy buenas tus explicaciones.....rectifico .pues te quedan un par de meses, o como dice este poema....
ResponderEliminarSETENTONES
En las lides del querer, pasados bien los setenta
aunque nos falle el poder de defender con nobleza.......... Victor del Val
Me ha parecido muy bonito, lo he encontrado en la entrada setentones.
besos. ¡que me "pierde" el ordenador!
Es cierto que siempre se aprende algo. Nunca escuché a Víctor del Val.
EliminarNunca recuerdo mis cumpleaños. Soy muy olvidadizo.
Malo, malo... Pero aún peor cuando se pierde el añero... y empiezan los "genarios".
Que le vamos a hacer.
Muchas gracias por todo, Manuel, el alumno más aplicado del mundo - tendré que buscarte otro libro de gramática para devorar! As you know, I LOVE our classes, and all of you! Keep on studying! See you on Tuesday, xxx
ResponderEliminarThank you very much. It is a honour your answer.
EliminarSee you on Tuesday.
Big hugs.
Your blog looks GREAT!
ResponderEliminarTito no te preocupes por el Ingles, el ROBATRONCHOS presume de esa lengua pero solo lo aprendió a trozos con los Beatles sobre todo: Love Me Do, Help,Rubber Soul y un largo etc.
ResponderEliminarMe gustaría ver lo en un barrio chungo de Londres por ejemplo en Tottenham Hale que ingles hablaria a los delincuentes en caso de atraco.
Saludos FAMYLI este es mi Ingles.
Hombre... Hombre... ¡Pero como echaba yo en falta tus comentarios!
EliminarDesde luego, lo que pasa es que tiene muy buen oído y a mi es lo que me pierde a estas alturas de la vida. Pero sí, ya le digo sobre su inglés gangoso tipo "Pato Donald", o tal vez mejor, "Pato Saturnino", aunque hay que reconocer que habla más que yo.
No ves FAMYLI, ese sí es un un perfecto inglés.
Un abrazo.
Hombre Manuel, en esta ocasión me dejas sin opinión, pues hubo una vez en mi vida en la que quise aprender inglés y lo dejé pronto, me canse enseguida. No me gusta el inglés, y los ingleses me gustan menos. No, pero no creas Manuel, que ya me voy defendiendo. Mira, con el Valenciano, el Gallego, el Catalán, el Mallorquín, el Brasileiro, el Portuges, y un poquito del Panocho, pues...como que me voy arreglando. Sin olvidar que soy un gran enamorado de la Lengua Cervantina. Tú que naciste cerca de Portugal Manuel.¿ sabes como dicen los portugueses media vuelta mar? Viren a cara pa onde teñen os culs, fasanon xa, feito está. Y envainen armas? Leven os ferros do coiro e poñan os ferros non ferro. fasanon xa feito está. Saludos cordiales Manuel.
ResponderEliminarGracias por el comentario.
EliminarAdoro la lengua cervantina, con su riqueza de vocabulario y diferentes matices. Cuanto me alegraba de escucharla frecuentemente por las calles de Nueva York, pero siempre me gustó aprender inglés, francés, alemán, algo que sabes que era imposible en nuestros tiempos, salvo para algunos privilegiados o, por el contrario, para los emigrados a la fuerza.
También me gustaría conocer las otras lenguas de España, de las que alguna idea tengo.
Nos lo pasamos muy bien en clase.
Muy bien esos dichos portugueses, pero te aclaro Gerardo, que desde la parte de Extremadura que yo nací (cercana a las provincias de Córdoba y Sevilla) hasta la frontera con Portugal hay más de 130 km. Eso sí, conozco bien Portugal y, además me gusta mucho.
Extremadura es extensa y con ciudades con mucha historia. Se que, en tu caso, es tu "asignatura pendiente". Pues no lo demores más.
Un abrazo.
Hombre tío, el inglés siempre podrá ser un plus, si en la próxima reencarnación te toca lord.
ResponderEliminarJulio
Si me reencarno, seguro que tendré que empezar por el EI, BI SI... Ya se me olvida de un curso para otro. Bueno, es exagerar un poco, siempre avanzamos aunque son cursos de pocas horas cada año.
ResponderEliminarUn abrazo.