martes, 16 de diciembre de 2014

Extraño bombardeo del vapor "Gulnes", 2


Como anunciaba en la entrada del pasado día 18 de Noviembre, continúo y aquí termino con la curiosa historia del bombardeo por parte de la aviación republicana durante la Guerra Civil,  al buque mercante noruego “Gulnes” en San Juan de Aznalfarache  (Sevilla).

Tras las numerosas gestiones encaminadas a esclarecer los motivos de tan extraño ataque aéreo (que exponía de forma resumida), sin conseguir una explicación concluyente para satisfacer mi curiosidad, suspendí las averiguaciones, pero no me olvidé del asunto.

Recientemente se me ocurrió consultar de nuevo a este moderno “oráculo” que representa Internet. Me respondió mostrándome dos blogs, que se refieren al caso. Incluso, uno de ellos con fotografías del monolito, pero donde tampoco se aclaran las causas del bombardeo. También me mostró  la hemeroteca del diario ABC de Sevilla. Concretamente, me remitió a la edición del día 15 de diciembre de 1936, que coincidió en martes. Esa respuesta resultó más significativa, aunque tampoco determinante.

Efectivamente, la portada, a toda plana, contempla uno de los enterramientos, con un breve comentario a pie de página. A pesar de la escasa nitidez de imagen, se puede apreciar la presencia de un hombre que viste abrigo y tiene vendada la cabeza: Muy posiblemente un herido a consecuencia de la explosiones, pues es de suponer que, si las víctimas mortales resultaron finalmente cuatro, otros miembros de la tripulación sufrirían lesiones a las que sobrevivieron.


En dos resumidas notas se da cuenta de los entierros en la página 15:

--La primera se refiere al entierro el domingo día 13 por la mañana, “de dos tripulantes del vapor noruego Gulnes, víctimas del bombardeo por un avión rojo”.
Por la tarde tiene lugar el entierro de un tercero. Informa también, que a ambos sepelios asiste el cónsul de Noruega en Sevilla, Mr. Bjorn Bjorge.

--En la segunda nota se comunica la muerte el lunes día 14, de la cuarta víctima a “causa del bombardeo del barco por un avión rojo”. Se trataba del primer piloto del buque. La hora del entierro quedaba por determinar por el consulado.

Quizás aquella escueta información estuviera obligada a darse por la presencia del cónsul de Noruega y algunas autoridades de Sevilla, pues el bombardeo, que hubiera sido noticia principal, fue silenciado, seguro que de forma intencionada, como explica la ausencia de referencia alguna en las ediciones del citado diario los días 8 y 9 de diciembre, siguientes días al ataque, según mi consulta en la Hemeroteca Municipal. Supongo, por tanto, que se impuso la rigurosa censura militar de aquellos momentos.

Todas estas averiguaciones, sin una respuesta concreta, han despertado en mí las siguientes interrogantes y conjeturas:

--¿Por qué Queipo de Llano no aprovechó un ataque tan singular a un buque extranjero, supuestamente ajeno a la  contienda, en sus características ofensivas nocturnas radiofónicas para lanzar contra los “rojos”?.

Supongo que, por el contrario, no le interesaría nada alarmar a la población, propagando incursiones aéreas "rojas” sobre la cercana base de Tablada, lo que representaba un riesgo potencial de bombardeos sobre la ciudad, en represalia a los que venía sufriendo Madrid.

-- ¿Fue fruto del azar esa acción bélica, como así me respondió  el Sr. Salas, afamado erudito de la historia de Sevilla?

Parece poco probable que a un avión se le desprendiese una bomba fuera de su objetivo,  que ésta entrara por la chimenea del buque, explosionara la caldera y que causara cuatro víctimas mortales; cuatro muertos que, supuestamente,  no irían a presencia de Odín en el Valhalla, puesto que no cayeron en combate, sino en el trabajo, negros de cargar carbón (con mis respetos). De todas formas, no encuentro otra versión que contradiga tal información.

Además, como todas las referencias hablan de ”bombardeo”, nunca de accidente fortuito y que, según la información del Lloyd´s, el vapor quedó en tan mal estado que fue remolcado a Gibraltar para su desguace,  parece apuntar a que el ataque fue totalmente premeditado.

-- ¿ Porqué tampoco el diario ABC de Madrid se hace eco de tal noticia?

Supongo que a las autoridades republicanas para nada les interesaba divulgar una acción de guerra, por las causas que fueren, contra un buque mercante de una nación ajena a nuestra contienda.

Pues bien, todo lo expuesto es cuanto puedo contar sobre este singular caso de la Guerra Civil. Si alguien tiene información fidedigna o una opinión más certera, le agradecería me lo hiciera llegar para dar descanso a mi imaginación y curiosidad.

P.D. Curiosamente, terminada esta entrada y como repuesta a la anterior, me llegaron dos curiosos enlaces. Uno de ellos aconseja añadir en breve un apéndice, que creo será de interés. Al menos, a mí me servirá de entretenimiento.